Penas que suman 30 años de prisión por un delito de fabricación de tarjetas bancarias y otro de estafa continuada. Esta es la condena ratificada por el Tribunal Supremo para una red, formada por cuatro ciudadanos rumanos y asentada en Madrid, que se desplazó a Galicia para robar los datos. En los registros de sus domicilios se encontraron artes y medios necesarios para la confección de tarjetas falsas con datos de tarjetas reales y dispositivos para captarlos como lectores y grabadores, tarjetas clonadas, herramientas para fabricar las planchas y también moldes para la fabricación de dispositivos, microcámaras y los ordenadores y dispositivos informáticos necesarios.

En una de las viviendas las fuerzas de seguridad encontraron un mapa de la ciudad de Santiago de Compostela con diversas marcas que señalaban las distintas sucursales bancarias con cajeros del mismo tipo al utilizado pro la clonación de tarjetas de Caixa Galicia.

Varios integrantes del grupo se desplazaron el 26 de febrero de 2010 hasta A Coruña y colocaron un dispositivo lector grabador de tarjetas en las proximidades de un cajero de la calle San Vicente, con objeto de captar cuantas más numeraciones posibles. Un mes más tarde regresaron a otra oficina. En total, según la sentencia, clonaron 40 tarjetas de la misma entidad bancaria. Las víctimas fueron resarcidas por Caixa Galicia.

En principio fueron seis los integrantes del grupo procesados, si bien se absolvió a dos mujeres. Los otros cuatro fueron condenados cada uno a 6 años de prisión como autores de un delito de fabricación de tarjetas de créditos, sin la agravante específica de organización criminal como solicitó el fiscal, y a otro año y medio de prisión cada uno por un delito de estafa continuada. Uno de ellos suma, además, otro año de prisión por falsificación de documento oficial.

En cuanto a la responsabilidad civil, el tribunal les condena a indemnizar solidariamente a Caixa Galicia con 20.462,57 euros con el interés legal correspondiente.