"Es imposible que el ADN sea mío". Así de rotundo se manifestó ayer en el juicio celebrado en la Sección Quinta de la Audiencia con sede en Vigo Luis B.S., acusado de robar y violar a su tía, de 74 años, en la caravana en la que residía en Canido en 2007. Aunque cuando fue detenido tres años después, al saltar el ADN recogido entonces con el de una nueva agresión a una octogenaria, manifestó ante la Policía y la juez instructora que podía haber semen suyo en una bata de la víctima porque había dormido en la caravana con su mujer, ayer se desdijo. "Me equivoqué con los nervios. No dormí nunca allí, sino en su casa de Alcabre. No tengo ni idea de porqué lo dije", replicó ante las preguntas de la fiscal.

Su abogado defensor intentó, antes de que comenzara el juicio, que el tribunal anulara las pruebas de ADN porque proceden de una causa que había sido archivada. El tribunal descartó la petición a tenor de los actos dictados por la Audiencia Provincial durante la instrucción, y señaló que además del ADN existen otros indicios, como su imputación y condena en otra causa con hechos, situación y tipo de crimen parecidos, en alusión a los 19 años que se le impusieron el pasado mes de octubre por la violación y robo con violencia de una vecina suya octogenaria en 2010, aunque entonces apareció también una huella dactilar. La misma pena que solicita ahora la fiscal.

El acusado manifestó ayer que el 2 de mayo de 2010 entró a trabajar en la empresa de calderería de Bouzas a las 8 de la mañana, que llevó a un compañero en su coche -que testificó en el juicio aunque no coincidieron en la calle donde lo recogía- y aportó la nómina en la que no le habían descontado el día. Tras asegurar que su hermano gemelo, con idéntico ADN, también visitaba a su tía con frecuencia en la caravana, aseguró que seguí teniendo buena relación con ella tras sufrir la violación, y que suele llevarla a la aldea el día de la fiesta.

La mujer, que ahora tiene 80 años, declaró tras un biombo. Explicó que estaba en la cama cuando entró su agresor cubierto con una media que le desfiguraba el rostro y no puede reconocerlo. "Pedí auxilio a Pedro, mi vecino, y entonces me tapó los ojos y la boca con unas cintas". Relató que le subió el camisón, le tocó pechos y nalgas y después la violó. "Me preguntó que edad tenía, cuanto tiempo llevaba viuda y me dijo, para la edad que tes estás moi boa". La mujer, expuso que tenía miedo de que la matara, pero cuando le pidió que no lo hiciera su asaltante replicó: "Voute deixar viva para toda a vida". Al contrario de la versión de su sobrino, negó tener mucho contacto con él. Aseguró que él nunca durmió ni en la caravana ni en la casa de Alcabre, y que se veían en las fiestas de la aldea porque va toda la familia y coincidían; a la vez que desmintió que el gemelo del acusado fuera a visitarla habitualmente. "Vino una vez a arreglar un calentador, o poner un pilón", aseveró.

Tras la violación, la mujer no ha vuelto a vivir en su casa de Canido y reside con una hermana. "Quien lo haya hecho que lo pague", aseveró. El hermano gemelo de la víctima, citado como testigo de la defensa que persigue sembrar dudas sobre cual de los dos hermanos cometió el delito , se acogió a su derecho a no declarar. "Quieren salpicarme a mí, pero yo ya pagué lo que hice hace 30 años. Tengo mi familia y mis hijos, y esto no tiene que ver conmigo", aseveró ya en los pasillos.