Una discusión de tráfico entre un peatón y un motorista propició en Vigo en apuñalamiento de un trabajador que nada tenía que ver con el incidente. El herido trataba de apaciguar a un joven de 23 años e identificado como J.G.A.V., que acudió a la empresa de recambios Recalvi en busca de un repartidor al que había tirado de la moto a patadas poco antes en O Calvario. El joven herido recibió ayer el alta hospitalaria y se recupera en su casa de dos cuchilladas que, por pocos centímetros, no le seccionaron la femoral.

"Cualquiera de nosotros pudimos ser la víctima. El Argentino, apodo con el que se refieren al presunto agresor, entró en la tienda muy exaltado buscando a Jorge y se fue de muy malos modos tras asegurarle que ya se había marchado. Volvió poco después y esperaba en la barandilla de fuera, así que Berto salió a mediar y al indicarle que el otro repartidor no iba a regresar le gritó peléate conmigo, y se tiró encima de él con el cuchillo", relata el encargado del establecimiento, Martín Olla, cuya actuación salvó la vida a su empleado.

"Vi que quería matar a Berto, entré a por el palo de una escoba y la emprendía a golpes hasta que se lo quité de encima. Cuando salió huyendo lo perseguí mientras gritaba ¡Policía, Policía! Por eso las patrullas pudieron localizarle y encontraron el cuchillo de cocina de la agresión", explica Martín Olla con el susto todavía en el cuerpo. El arma, según informó la Policía Local, estaba tirada en el suelo al lado de un muro en Hipólito de Saa

Jorge Fernández, el repartidor que había tenido el incidente con el detenido en O Calvario se suma al relato de su jefe. "Me paré ante un semáforo en rojo y un peatón se enzarzó con un conductor en un paso de peatones. Cuando se puso verde, y al ver que seguía parado y hablando en el centro de la calzada, le grité: ¿Te puedes apartar que algunos trabajamos? Vino hacía mi y trató de darme dos puñetazos que esquivé, pero a patadas tiró la moto y caí al suelo. Nos enzarzamos y se me vino echando mano al bolsillo como si llevara un arma, así que le di dos bofetones y me fui", explica.

El detenido, J.G.A.V., natural de Uruguay, es una persona violenta y pese a su juventud cuenta con numerosos antecedentes policiales, la mayoría por agresión a agentes de las fuerzas de seguridad. Tras pasar la noche en los calabozos de la Policía Local, ayer fue puesto a disposición de la comisaría y hoy mismo pasará al juzgado de guardia, donde se determinará si se le imputa un delito de lesiones o bien intento de homicidio.

"Tengo claro que me salvé porque vino a las 8 de la tarde y yo acabé mi trabajo media hora a antes", dice Jorge Fernández. Su jefe expone que aunque el agresor buscaba a este repartidor "vino dispuesto a pinchar a cualquiera". Asegura que no pudo dormir en toda la noche, y se emociona al recordar que Berto le llamó a primera hora de la mañana para decirle. "Me salvaste la vida, mi jefe en un héroe".