El socorrista de la piscina del Liceo la Paz de A Coruña se hizo cargo del grupo de Primero de Infantil cuando el 30 de marzo de 2009 se ahogó uno de los alumnos, Diego Novo, que acababa de cumplir 4 años. La monitora titular admitió durante la segunda sesión del juicio, celebrada ayer en la Audiencia de A Coruña, que le pidió al socorrista que impartiese la clase porque ella se tenía que ausentar del colegio por motivos personales.

Ese día en el recinto también se encontraban la profesora de otro grupo, que estaba piscina con el de Diego, y una monitora de apoyo. Las funciones de ésta última no están claras, ya que si bien el socorrista y algunos testigos sostienen que compartió con él la vigilancia de la clase de Diego, otros testimonios -incluido el de ella- apuntan a que su función era atender a los dos grupos que ese día estaban en la piscina por si los profesores la necesitaban para realizar tareas como acompañar a algún menor al baño o acercarles papel por si tenían mocos.

El personal docente que declaró ayer coincidió en que el día de los hechos se incumplió el protocolo de seguridad, que establecía que el vaso "siempre" tenía que estar vigilado por una persona. En el caso están imputados como sospechosos de cometer un delito de homicidio por imprudencia los dos propietarios del centro, el director técnico, el jefe de estudios, el coordinador de la piscina, la monitora de apoyo y el socorrista. Todos ellos se enfrentan a penas que oscilan entre tres y cuatro años de cárcel.

Al igual que en la primera sesión del juicio, en la segunda tampoco se aclaró cuándo, cómo ni por qué salió el pequeño del agua, quién le quitó la burbuja ni cuándo ni por dónde regresó a la piscina. Los expertos, por su parte, son incapaces de estimar el tiempo que el menor estuvo bajo el agua.

La última persona que lo vio con vida fue la profesora que acude a cambiarlos a los vestuarios para después trasladarlos a las aulas del colegio. La testigo relató que vio a Diego descalzo en el pasillo interior que comunica el vestuario masculino con el femenino.

"Le pregunté qué hacía allí y me dijo que iba al baño, le dije que después se pusiese las chanclas. No recuerdo si llevaba puesta la burbuja. Después, lo vi sentado en el baño del vestuario femenino y me quedé en la puerta para ver si terminaba la clase. Estaba finalizando, unos niños estaban dentro del agua, y otros, fuera. Permanecí en la puerta del vestuario femenino y no vi a Diego salir. Lo más probable es que haya salido por la puerta del vestuario masculino", contó la profesora, quien subrayó que dio "por supuesto" que en la otra puerta un monitor esperaba al pequeño.