"El autobús frenó en seco en plena autovía. Veníamos dormitando y el conductor nos hizo bajar. Yo ocupaba el asiento 31 y tres filas detrás vi las llamas. Creí que moriríamos atrapados si intentábamos bajar todos juntos. Todavía me huele la ropa al plástico derretido por las llamas", relata la fotógrafa viguesa Sandra Martínez.

Recuerda que media hora después de bajarse del autocar llamó al 112. "Me dijeron que desconocían la situación que nadie les había llamado". Ahí radica tal vez el malestar de algunos viajeros que aseguran que los servicios de emergencias tardaron en llegar y que no recibieron asistencia sanitaria pese a que había niños y mayores vomitando en la carretera por la inhalación de humo.

"Nos hemos sentido abandonados por la empresa. Ni una explicación ni una pregunta sobre cómo estábamos", explica Sandra Martínez que pidió presencia policial en Vigo cuando en vez de hojas de reclamaciones les entregaron possits amarillos para anotar sus pérdidas.

Los bomberos de Verín informaron que recibieron la alerta del 112 a las 5.30 horas y doce minutos después estaban allí. Encontraron el autocar prácticamente calcinado y vieron tres extintores vacíos que posiblemente usó el conductor, que se quedó con ellos hasta que sofocaron las llamas. Algunos pasajeros aseguran que oyeron al conductor pedir instrucciones a la empresa porque ya en Sanabria habría detectado una avería.