Un joven vigués que agredió a su expareja aceptó ayer una condena de dos años de cárcel y de otros tres años de prohibición de comunicarse o acercarse a la víctima. La breve vista de conformidad se celebró en el Juzgado de lo Penal número 3 de Vigo. Pese a la pena de cárcel, el juez, tal y como solicitó la defensa, suspendió la ejecución de la pena condicionado, entre otras, a que cumpla el alejamiento impuesto y a que haga un programa de formación para maltratadores.

La realización de estos cursos en materia de violencia sobre la mujer es una condición que suele estar asociada a este tipo de conformidades cuando el maltratador no ingresa en la cárcel. En este caso, el joven fue condenado como autor de un delito de lesiones en el ámbito familiar ya que rompió la nariz a la joven.