Golpe policial a la explotación sexual de mujeres. Un operativo de la Policía Nacional ha permitido la detención del supuesto cabecilla, el lugarteniente y cuatro integrantes más de una organización criminal dedicada a la introducción ilegal en España de mujeres procedentes de Sudamérica -principalmente de Brasil y Venezuela- para prostituirlas en clubes de la provincia pontevedresa, uno de Porriño. La operación, bautizada como Torre Eiffel y desarrollada por la Brigada de Extranjería de Vigo junto con la brigada central en esta materia de Madrid, se saldó también con otros once imputados. El último arresto, el del líder, se producía a última hora de ayer en la provincia de Ourense -zona de Avión- : la Guardia Civil lo apresó a instancias de la Policía Nacional en virtud de la orden internacional de arresto que se había dictado.

La desarticulación de esta red fue posible gracias a una compleja investigación iniciada hace dos años -el 16 de diciembre de 2010- y que contó con la colaboración de las policías de Brasil y Venezuela. En estas indagaciones, dirigidas por el Juzgado de Instrucción 2 de Cambados, colaboró la Fiscalía de Extranjería de Vigo y hubo testigos protegidos.

Según la comisaría viguesa, la red reclutaba a mujeres en Brasil y Venezuela y les ofrecía la posibilidad de trabajar en España, proporcionándoles pasajes de avión. También les prestaban dinero para tramitar su documentación y para justificar en el control de entrada en la frontera que tenían recursos económicos para estar en España como turistas.

La organización aseguró a la mayoría de mujeres que tendrían empleo de camareras. Pero no era así. Una vez en España, prosiguen las fuentes oficiales, les desvelaban que debían trabajar en un club y saldar la deuda contraída -de entre 2.200 y 2.500 euros- con los beneficios que obtuvieran ejerciendo la prostitución en los locales de la red. El grupo tenía integrantes suyos que controlaban directamente en los clubs los servicios sexuales de las mujeres, introduciendo en sobres, hasta que se saldase la deuda, el dinero que obtenían las víctimas.

En la trama había un claro reparto de funciones, que iban desde la captación de las víctimas en sus países, hasta su recepción en España y traslado a los locales. Además, añade la Policía Nacional, los miembros de la red usaban "amenazas, violencia, abuso de superioridad, engaño u otros formas de coacción" para obligarlas a prostituirse, ejerciendo también un férreo control sobre ellas.

El grueso de los arrestos fueron entre el 11 y el 14 de diciembre en clubs de Porriño, Meis -próximo a Vilagarcía- y Vilaboa (en Carballal-Figueirido). Los primeros en caer fueron dos varones, uno español y otro portugués, y dos mujeres de nacionalidad paraguaya y brasileña respectivamente. Los dos presuntos líderes lograron escapar de ese cerco policial, pero uno fue interceptado días después -el pasado viernes- y el considerado cabecilla caía ayer. Al margen de los arrestos de los miembros de la red, en los locales se identificó a 39 personas, entre trabajadores y mujeres. Cuatro de ellas fueron apresadas por estar en situación irregular en España. Entre los efectos incautados hay dos armas simuladas, documentación de los clubes y 16.739 euros.