Cuatro años de prisión. Esta es la condena que solicita la fiscal para el joven Roberto A. acusado de un delito de malos tratos continuados a su exnovia en Vigo, al considerar que irrumpió violentamente en su vivienda pese a que tenía una orden de alejamiento. El juicio se celebró ayer en el Juzgado de lo Penal 1 de Vigo y el abogado que ejercita la acusación particular de la víctima elevó la petición a penas que suman 15 años de prisión al incluir los delitos de abuso sexual y allanamiento de morada. La defensa reclama la absolución.

La acusación sostiene que el primero de los ataques tuvo lugar el pasado mes de marzo, cuando ella avisó a la Policía y tras declarar inicialmente a los agentes que había tenido una discusión y un forcejeo con su pareja, éste se había ido y le aporreaba la puerta. Los agentes fueron en tres ocasiones al piso de Velázquez Moreno sin localizar al imputado, al que finalmente localizaron cuando aporreaba otra vez la puerta. Había estado escondido en una azotea del inmueble. En una declaración ampliatoria explicó que le había puesto un cuchillo al cuello.

El segundo episodio tuvo lugar un mes después. Entonces, según la joven, él aprovechó que abrió la puerta del apartamento al que se había cambiado para recoger unas llaves e irrumpió con violencia en el piso. La tiró al suelo, se le puso encima intimidándola con unas tijeras, le quitó los pantalones del pijama y eyaculó encima. "Tenía tanto miedo que pensé que así se iría", relató la víctima. No fue así y logró escaparse de la vivienda y pedir auxilio a gritos. Un vecino la oyó y alertó a la Policía. Los agentes se lo encontraron en el dormitorio con un destornillador y amenazaba con matarse si se acercaban, por lo que tuvieron que reducirlo.

Las versiones de la víctima y su presunto agresor fueron totalmente diferentes. El joven solo respondió a su abogada y negó haber accedido a la vivienda de su pareja a la fuerza -sostenía que la relación sentimental proseguía a petición de ella pese a la orden de alejamiento-, rechazó haberla amenazado e intimidado con una tijera y un cuchillo y aseguró que tenía el destornillador en el dormitorio porque había quitado el aire a un radiador . Aseguró que al ver a la Policía quería "matarse" porque no entendía nada, ya que ella le había llamado. El acusado admitió que otra expareja le denunció también por malos tratos, mientras que ella reconoció que tuvo otro episodio de intento de violación con otro novio.

La víctima, tras un biombo, relató de forma "imprecisa" por el tratamiento al que está sometida desde entonces -según la fiscal- los dos episodios violentos, que llegó a entremezclar en su declaración. Tras el incidente del 28 de marzo, en el que se encontró a Roberto dentro del apartamento porque tenía llaves, aseguró que un amigo policía que le recomendó que alertara a la Policía si no se iba, y eso hizo. Aseguró que llamó a este agente y él pidió auxilio por ella.

Después se cambió de piso, pero se puso en contacto con Roberto para que le devolviera las llaves y dárselas al nuevo inquilino. Él subió a su casa y cuando abrió la puerta para cogerlas la empujó, entró y cerró por dentro. Tras dos horas retenida, logró huir al pasillo y pedir auxilio, pero él la alcanzó en el ascensor y la llevó al piso. El vecino la oyó y avisó a la Policía. Los agentes indicaron que parecía que ambos habían bebido alcohol.