Tragedia vecinal en la parroquia cañicense de Luneda. José Luis González, de 63 años, murió este martes alrededor de las once de la noche a causa del golpe que presuntamente le asestó en la cabeza con una piedra su vecina Sandra Estévez Nogueira, de 32 años, tras mantener ambos una pelea. La presunta homicida fue detenida de madrugada y, ayer por la mañana, su marido, Samuel González, de 42 años, fue encontrado ahorcado en un galpón de su vivienda. En su declaración ante la Guardia Civil la joven reconoció ser la autora de la muerte del sexagenario pero al declarar, ayer, ante el juez cambió su versión y culpó a su marido de la acción sin saber que su cónyuge se había quitado la vida. Ambos tenían un hijo de 9 años que ha quedado temporalmente al cuidado de sus tíos y recibirá atención psicológica.

El enfrentamiento entre José Luis y Sandra ocurrió en el barrio de Hermida a escasos metros de sus respectivas casas. José Luis había salido de casa para sacar la basura a un contenedor situado a cien metros de su domicilio antes de irse a la cama, como se disponía a hacer su mujer. Según relatan los vecinos, lo hizo como de costumbre llevando un palo de bambú en la mano.

A mitad de camino, junto al "torreiro" de fiestas de la parroquia, se cruzó con el coche en el que viajaba la presunta homicida, su marido al volante, Samuel González, y, detrás, el hijo de ambos. Estos últimos venían de recoger al pequeño de casa de la madre de ella, en el barrio de Abelenda, en la parroquia arbense de San Cristovo de Mourentán, donde lo habían dejado mientras ellos realizaban trabajos agrícolas con el tractor.

En el coche del matrimonio se podían apreciar, todavía ayer, marcas de los golpes de un palo, lo que apoya la versión de algunos de los vecinos que, según relatan, José Luis comenzó a golpear el coche de la pareja por lo que el vehículo se detuvo y Sandra bajó. Entonces el sexagenario y la joven empezaron a discutir acaloradamente y a golpearse. Presuntamente, Sandra utilizó una piedra de una casa semiderruida anexa a la carretera para golpearle en la cabeza, hasta que José Luis quedó tendido en el suelo en el borde del asfalto donde todavía se apreciaban, ayer, los restos de sangre.

Alerta a la Guardia Civil

Con un golpe en la cara y ensangrentada, fue la presunta homicida la que alertó telefónicamente a la Guardia Civil de lo ocurrido. Seguidamente, la vecina colindante de Sandra, que fue la primera en llegar al lugar de los hechos, pidió una ambulancia. A la llegada del personal sanitario, José Luis aún respiraba y a pesar de que el equipo médico trato de reanimarlo durante casi una hora, no pudieron hacer nada por salvarle la vida.

Hasta el lugar se trasladó la Policía Judicial de la Guardia Civil de Tui, la Guardia Civil de A Cañiza, el médico forense y el juez que, en torno a las dos de la madrugada, decretó el levantamiento del cadáver para que le fuese practicada la autopsia.

Por su parte, la presunta homicida fue trasladada al calabozo del cuartel de la Guardia Civil donde confesó a los agentes haber sido la autora del golpe. Sin embargo, ayer por la mañana pasó a disposición judicial en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 3 de Ponteareas y, ante el juez, y sin haber sido informada de que su marido se había quitado la vida, cambió su declaración atribuyendo el homicidio a su marido. Argumentó que inicialmente se había auto inculpado para proteger a su esposo ante el miedo de que fuese él a la cárcel.

Fue ayer, pasadas las tres de la tarde, cuando salió por la puerta principal del juzgado ponteareano para ser trasladada en un turismo de la Guardia Civil al hospital Meixoeiro para ser sometida a valoración psiquiátrica.

Precisamente es en este hospital vigués donde, desde hace años, está siendo sometida a tratamiento psiquiátrico. Según lo que determine el informe médico, el juez tomará una decisión.

Ahorcamiento

Estaba previsto que el marido de la presunta homicida, Samuel González, durmiese solo en la casa familiar ya que el pequeño había quedado al cuidado de unos vecinos para que así el progenitor pudiese atender el proceso judicial al que iba a enfrentarse su mujer y, al mismo tiempo, mantener al margen al pequeño.

Al parecer, Samuel había estado hasta última hora de la noche con algunos familiares y parecía estar "bastante sereno y tranquilo". Después se despidió de ellos con la excusa de que iba a visitar a su mujer.

Sin embargo, ayer por la mañana, la Guardia Civil era incapaz de contactar telefónicamente con el marido de la detenida para pedirle que le llevase ropa y la medicación a su mujer ya que debía pasar a disposición judicial y tenía la ropa con manchas de sangre.

Agentes de la Guardia Civil se trasladaron entonces a su casa para ver qué le había ocurrido y lo encontraron ahorcado colgado de una cuerda en un galpón anexo a su casa. Samuel González, de 42 años, se habría valido de una escalera que apareció junto a él. Hasta el lugar se acercó su hermano quien presenció la valoración de la médico forense y el levantamiento del cadáver. Su cuerpo fue trasladado al hospital Nicolás Peña, de Vigo, para practicarle la autopsia.

El pequeño, a cargo de vecinos y familiares

Después de presenciar los hechos, ya que viajaba en la parte trasera del coche, el hijo de ambos pasó la noche del homicidio con la vecina de la casa colindante y, ayer, se hicieron cargo de él sus tíos. Al preguntar por sus padres, los vecinos trataron de transmitirle normalidad explicándole que "habían ido al médico". Ahora, está previsto que el pequeño de 9 años reciba atención psicológica. El menor había celebrado su primera comunión el pasado domingo, celebración que compartió con sus padres. Según el relato de los vecinos, el pequeño no paraba de repetir tras el suceso de ayer: "Él empezó primero, él empezó primero", culpando a la víctima del inicio de la pelea.

"Es triste que unas rencillas acaben en esta tragedia", afirma el alcalde

Sandra es natural de una parroquia de Arbo y se fue a vivir a Luneda, de donde era natural su pareja, Samuel González. "Era una chica poco habladora con la que había que conversar para que se abriera a contar las cosas, no se metía con nadie y era muy trabajadora", opinaban ayer de ella varias vecinas. Por su parte, la víctima, José Luis González, residió durante muchos años en Vigo pero desde hace más de una década vivía en Luneda con su mujer, quien se enteró de lo ocurrido al ver que su marido no regresaba de tirar la basura. "Con la gente se mostraba amable, incluso era gracioso pero desde hace unos años se había vuelto muy conflictivo y implicaba con todo el mundo", relataba ayer una de las vecinas. Por su parte, el alcalde de A Cañiza, Miguel Domínguez, se acercó ayer a Luneda donde conversó con los vecinos y fuerzas de seguridad. "No puedo más que lamentar los hechos, es muy triste que rencillas entre vecinos lleguen a desencadenar una tragedia como ésta" valoró el regidor.