Es el presunto integrante de una banda colombiana que protagonizó un violento asalto a un chalé de Nigrán. Pero sus problemas con la Justicia no se quedan ahí. El Juzgado de Primera Instancia número 7 de Vigo citó ayer a juicio a Wiamer N.A. ¿La razón? El propietario de un céntrico piso de Vigo lo denunció por el impago del alquiler: abonó apenas dos meses y después desapareció sin dejar rastro. Pero este inquilino moroso no compareció en la vista, por lo que se procederá a ejecutar formalmente el desahucio. La comisión judicial se trasladará a la vivienda para que se pueda cambiar la cerradura y así el dueño recupere la posesión del inmueble.

Wiamer está pendiente de juicio por un asalto ocurrido en Nigrán en abril de 2009: la Fiscalía solicita que sea condenado, igual que los otros cuatro presuntos atracadores, a cinco años de prisión por un delito de robo con violencia e intimidación en concurso con otro de allanamiento de morada, así como al pago de 1.800 euros de multa por tres faltas de malos tratos. La banda, pistola en mano, asaltó la vivienda de José Luis Cabarco, un mayorista de pescado. Los atracadores, encapuchados y armados, intimidaron de noche al propietario de la casa y a sus tres hijos menores de edad. Tras maniatar al padre de familia, le obligaron a abrir tres cajas fuertes de la casa y se llevaron 8.500 euros en efectivo. En el transcurso del asalto, dos de los tres niños, de 14, 11 y 3 años de edad, fueron agredidos cuando intentaron escapar por el jardín. Un extrabajador de la víctima, que también se sentará en el banquillo, había facilitado los datos sobre la vivienda y las cajas fuertes.

Por estos hechos, Wiamer todavía tendrá que ser juzgado. En cuanto a su morosidad como inquilino, la Justicia ya tiene puesta su maquinaria en marcha para que en breve el dueño de la vivienda pueda volver a disponer de ella. Él la alquiló junto a otra mujer en junio de 2011. Durante dos meses pagó los 420 euros estipulados. Pero después ya no, y al parecer tampoco estaba en la casa. Pero aunque ésta se encuentre vacía, sin un desahucio formal el propietario no podía recuperarla.