Una red internacional dedicada al comercio ilegal de angulas entre la Unión Europea y países asiáticos fue desarticulada por la Guardia Civil en la ´Operación Suculenta´. En total fueron detenidas 14 personas e intervenidos 1.580 kilos de angulas valoradas en 1.650.000 euros. Galicia, y concretamente la provincia de Pontevedra, era uno de los lugares donde el grupo tenía mayor actividad: al menos tres arrestos fueron en Salceda de Caselas, donde se inspeccionó una empresa. Los investigadores calculan que el grupo exportaba al año 5.000 kilos de esta especie e imputa a los apresados delitos contra la fauna, contrabando y falsedad documental.

El operativo fue realizado por la Unidad Central Operativa Medioambiental, del Seprona. La anguila europea es una especie con protección especial para la que las autoridades competentes aprobaron la suspensión total de las exportaciones fuera de la UE, es decir, cuota ´CERO´. En su estado alevín –angula–, tiene gran valor económico. Los agentes comprobaron que los implicados compraban las angulas en diferentes lugares de España, especialmente Asturias y Galicia –aunque muchas habían sido capturadas en Portugal–. También las adquirían en la zona de influencia del Delta del Ebro.

Después usaban documentación falsa para camuflar el origen y naturaleza del producto y exportaban importantes cantidades a países asiáticos: multiplicaban sus beneficios ya que, mientras en el mercado europeo la media a pagar por un kilo de angulas ronda los 500 euros, en el mercado asiático podía alcanzar los 1.300. En los siete registros realizados los agentes se incautaron de material para la falsificación de documentos.

La investigación comenzó el pasado octubre, al conocer los agentes que personas de la cornisa cantábrica enviaban a China partidas de angula, con una media de 150 kilos por envío. La Guardia Civil detectó una importante actividad de la red en Galicia, donde había varias empresas que adquirían el producto recién extraído del río a pescadores gallegos y portugueses. Las angulas eran pescadas sin contar con los permisos y no se presentaban en lonja. También se constató la implicación de otro angulero, al que se hizo la intervención más importante: 530 kilos en un solo envío que pretendía exportar declarando la mercancía como múgiles (peces sin protección legal y que habían colocado en las primeras cajas a las que se podía acceder en caso de sufrir una inspección).

Paralelamente, en Bulgaria se estableció otro importante operativo conjunto con las autoridades de ese país. Los sospechosos habían organizado una "elaborada estrategia" para tratar de eludir una nueva incautación de la mercancía que querían enviar a Filipinas. Así, estas angulas habían sido envasadas en Galicia y transportadas en vuelo charter hasta Sofía (Bulgaria) donde, tras una supuesta venta a una empresa local, tomarían sin embargo otro vuelo hacia Filipinas. Pero la mercancía fue intervenida.

Y finalmente se procedió a la explotación de la operación simultáneamente en Asturias, Guipúzcoa, Pontevedra y Tarragona, donde hubo registros de domicilios y de empresas y se decomisaron otros 722 kilos de angulas. En los controles y trámites aduaneros los miembros de la red declaraban que la mercancía transportada eran múgiles u otras especies no protegidas, por lo que fue preciso analizar diferentes muestras para extraer el ADN, dando como resultado que en realidad se trataba de anguila europea.