El incendio de ayer tiene otra cara: la de la familia propietaria de la empresa y la de su plantilla de personal, formada mayoritariamente por mujeres: "Somos máis de 70 traballadoras fixas e outras 20 con contratos eventuais, pero estamos case todas durante a maior parte do ano", explica una de las representantes sindicales, Alba Molanes. Las trabajadoras no ocultan su preocupación porque "isto é un golpe moi duro" y dan por hecho que tendrán que irse al paro durante una temporada. "Esta empresa é, xunto con Frigoríficos del Morrazo e Conservas Iglesias, unha das que xenera máis emprego en Cangas e isto vaise notar", señalan consternadas. Durante estos días esperan mantener una reunión con la familia Lago Paganini para conocer cuál es su situación y las alternativas de futuro en un panorama en el que la crisis económica supone un lastre muy pesado.

Muchas de ellas, conteniendo a duras penas las lágrimas, siguieron de madrugada con preocupación la evolución del fuego y acudieron de nuevo por la mañana. Alba Molanes explicaba que la situación "é máis cruda" de lo que parece. "Ao redor do 35% da plantilla que traballa aquí está formada por mulleres separadas ou solteiras con fillos. Trátase de xente necesitada e sen apoio detrás", explica.

Estos días son precisamente los de mayor actividad del año. "En xaneiro decae a cousa, pero a estas alturas temos moito traballo polo Nadal e estabamos ao cen por cen", confirma Molanes. La fábrica conservera se instaló en Cangas hace casi un siglo y aún hoy en día mantenía un sistema de trabajo tradicional muy apreciado.Buena parte de la producción son encargos para otras marcas, aunque Lago Paganini también posee su propia denominación comercial.

Las trabajadoras temen que este incendio sea un golpe demasiado duro. "A concesión para estar nas naves de Ojea remataba en 2018 e xa se sabía que non a ían a renovar, co que isto só fixo acelerar a situación", lamentan.