De enfrentarse a una pena de 40 años de prisión a obtener la libertad en un tiempo récord. La Audiencia absolvió ayer, solo un día después del juicio, al rumano de 32 años que estaba acusado de participar en el violento asalto a un chalé de la parroquia viguesa de Beade. La sala exculpa a Viorel B. al considerar que no quedó acreditado que participase en el robo y acuerda la puesta en libertad provisional del joven, que permanecía encarcelado desde que fue detenido por estos hechos hace ya más de un año. La principal prueba que había en su contra era que una víctima lo reconoció y señaló como uno de los ladrones, pero el tribunal concluye que esa identificación no le ofrece "fiabilidad", entre otras razones porque algunos rasgos físicos que describió del ladrón no coinciden con los de este hombre. El acusado siempre insistió en su inocencia –con el apoyo de su familia–, llegando a protagonizar una huelga de hambre en prisión por este motivo.

El 11 de febrero del pasado año cinco encapuchados armados irrumpían en un chalé donde vivían un matrimonio jubilado, su hijo Marcos, su nuera embarazada Sandra y el niño de tres años de estos últimas: las víctimas fueron amenazadas y agredidas antes de que los delincuentes huyesen con el botín. Al menor llegaron a ponerle una pistola en la cabeza. Dos meses después del robo –en abril de ese año–, era detenido Viorel B., quien este mismo martes fue juzgado por el asalto. La Fiscalía pidió que fuese condenado a 40 años de prisión, pero la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, solo ha tardado un día en dictar una sentencia en la que, como demandaba el abogado defensor Manuel Carpintero, absuelve al joven de los delitos de robo, detención ilegal y lesiones que se le imputaban.

Una de las víctimas, Sandra, identificó primero ante la Policía y después en el juicio a Viorel B. como el ladrón a quien en un forcejeo durante el asalto logró arrancarle el pasamontañas durante unos segundos, llegando a verle la cara. Pero para el tribunal, "dicho reconocimiento no se estima suficiente para desvirtuar la presunción de inocencia al no ofrecer fiabilidad [...]". Y el principal argumento que cita la sala es que algunas de las características físicas que dio la mujer sobre el atracador al que pudo ver el rostro, como la nariz o el pelo, "no se corresponden con las del acusado".

Así, sobre la nariz Sandra dijo que el ladrón la tenía "achatada y gruesa parecida a la de los boxeadores". Y el tribunal rebate que la del joven rumano "es recta, afilada y bien proyectada [...]". La sentencia señala también que un rasgo característico de Viorel son las "importantes cicatrices" que presenta en el rostro y la frente, "ostensibles sobre todo desde distancia próxima" y que ya sufría desde antes de la fecha del robo. Pese a ello la mujer afirmó que su agresor no tenía estas marcas. Tampoco la descripción del cabello coincide con el acusado. Sandra manifestó que el asaltante tenía el pelo con flequillo, "redondo y tipo paje". Llegó a concretar que "no era cortito" porque al quitarle el pasamontañas "se le movió" el cabello. Y la sala concluye sin embargo que sí era corto: la esposa y la peluquera del joven relataron que era tipo "soldado universal" –casi al cero en la zona lateral y arriba un poco más largo– y fotos del acusado de un mes antes del robo unidas a la causa demuestran que era "imposible" que tuviese el corte que relata la víctima.

Dudas

A estas circunstancias, se unen las dudas mostradas por Sandra en los reconocimientos fotográficos ante la Policía Nacional –precisamente por el cabello– y en la posterior rueda de reconocimiento en los juzgados. Y pese a que este martes en el juicio lo señaló "sin duda", hay otros datos en los que la fiscal sustentaba también su acusación que fueron desvirtuados, añade el fallo: la defensa demostró que la cazadora negra que fue incautada en casa del acusado y que presuntamente usó en el asalto la había adquirido tras el robo –un día después–. Y en relación al BMW negro que la investigación relacionaba con la banda de atracadores, el coche del mismo color y modelo propiedad del joven rumano también fue comprado "con posterioridad a los hechos".

Por estos motivos, la Audiencia absolvió ayer a Viorel B. Al mismo tiempo, dictó un auto en el que decretó su libertad provisional con la obligación de comparecer cada quince días en los juzgados –la sentencia no es firme y contra la misma cabe recurso–. En el juicio celebrado esta semana, la madre, la esposa y el hermano del joven absuelto defendieron públicamente su inocencia. Ahora, la investigación por este asalto en el que participaron cinco encapuchados seguirá contra otro rumano detenido recientemente.