La desaparición del industrial ourensano Guillermo Collarte hace 12 años en Portugal sigue siendo un enigma sin esclarecer. Un tribunal portugués mixto, formado por magistrados y jurados, absolvió ayer a los cuatro acusados de secuestrar y dar muerte al empresario en 1999 al considerar que no hay pruebas que los impliquen. El juez de Valença do Minho (Portugal), villa donde desapareció el empresario el 5 de octubre de 1999, dictó sentencia absolutoria al estimar que no hay indicios de que los cuatro acusados sean los autores de los delitos por los que se han sentado en el banquillo durante tres largos meses.

El juez hizo especial referencia a la intachable trayectoria del industrial Gerardo Torres Abalo, absuelto junto a Luís Sánchez Lavandeira, ambos socios gallegos de Collarte, a quienes la familia del desaparecido sentó en el banquillo de los acusados. Los otros absueltos son los portugueses José Lópes Rodrígues, ex concejal de Valença do Minho y administrativo de una sociedad de Collarte (ausente de la sala por enfermedad) y Vítor Manuel Días Pereira Barreto, presunto sicario con historial delictivo por atraco a bancos.

En una sala de vistas con numeroso público, el juez leyó durante más de dos horas el contenido de la sentencia, con mención a cada una de las declaraciones de los testigos formuladas a lo largo de tres meses. "El tribunal concluye que no dispone de elementos seguros de lo que le ocurrió a Collarte", dijo.

A falta de evidencias "la duda se resuelve a favor de los imputados", manifestó el presidente de la sala. "No hay pruebas de que intervinieran en la desaparición de Collarte y tampoco hay evidencias de que fuese secuestrado" para pedir un rescate, como había ocurrido el 12 de agosto de 1998 en Patos (Nigrán), donde la familia tiene casa. La sentencia sostiene que tampoco está probada la existencia de un complot, ni que los socios de Collarte participaran en él.

El juez destacó que el único indicio para la acusación en Portugal es la sentencia condenatoria en España por amenazas de muerte a Berta Collarte, hija del industrial, para dos de los cuatro procesados en Portugal: Vítor Manuel Días Pereira condenado a 3 años y 8 meses de cárcel, la misma pena que se dictó para José Lópes Rodrígues. El tercer condenado en Ourense es Joao Mateus, que cumple una pena de un año y 8 mese.

La Fiscalía portuguesa pedía penas entre dos y diez años de prisión para los industriales gallegos Gerardo Torres Abalo y Luís Sánchez Lavandeira y para los portugueses Vítor Manuel Días Barreto y José Lópes Rodrígues, que permanece en su domicilio aquejado de una grave enfermedad. El letrado de la familia Collarte, Rui Leal, había pedido para los cuatro acusados penas no inferiores a los 8 o 9 años de prisión.

La sentencia hecha pública ayer considera probado que el 5 de octubre de 1999 se celebró en Valença una reunión a la que asistieron Collarte y los procesados. De allí salió Collarte con José Lópes hasta una obra, donde quedó solo durante unos minutos. A La vuelta de Lópes, Collarte ya no estaba.

Berta Collarte, cuya principal lucha es hallar los restos de su padre, confesó tras la lectura de la sentencia sentirse "decepcionada". "No me arrepiento de nada de lo que hice para buscar a mi padre", manifestó, y reiteró que actuó con el convencimiento de que la policía y el ministerio público portugués tenían pruebas suficientes para ir a juicio. No descarta recurrir el fallo.