El caso del primer narcosubmarino descubierto en Galicia llega al fin a juicio, casi cinco años después de que la red que iba a utilizarlo para introducir una tonelada de cocaína lo abandonara en medio de la ría de Vigo con los motores en marcha y casi 5.000 litros de combustible a bordo. La Sección Quinta de la Audiencia con sede en Vigo ha señalado cuatro días para la vista oral, entre el 15 y 18 de marzo, ante el elevado número de procesados y peritos que tendrán que testificar.

La Fiscalía solicita para los 7 procesados condenas que suman 121 años de prisión. Les acusa de un delito intentado contra la salud pública, de organización y de extrema gravedad por utilización de buque como medio de transporte específico.

Las penas más altas, 13 años y medio de cárcel para cada uno, se solicitan para el vigués J.J.I.F., que habría colaborado en la búsqueda de lugares para ocultar el sumergible y realizado labores de contravigilancia durante su traslado por carretera; el ponteareano F.O.N. (considerado enlace del grupo gallego con los colombianos proveedores de la cocaína y detenido hace dos meses en otra operación antidroga), y el sevillano T.B.A., uno de los presuntos financieros del frustrado transporte de cocaína. Los tres son viejos conocidos de las fuerzas antidroga y tienen varias condenas anteriores.

La falta de antecedentes lleva al Ministerio Público a solicitar 10 años de cárcel para el resto de los procesados: el gondomareño M.C.G., constructor material del artesanal submarino en un galpón próximo a su casa y comprador del velero Nadir III –atracado en el Club de Yates de Baiona– que le daría cobertura durante la singladura; J.C.G.F., un gallego residente en Tarragona y piloto del sumergible; J.M.G.R., mecánico de Arbo; y J.S.F., vecino de Estepona y financiero de la operación con el sevillano.

En juicio aparte se procederá, cuando sea detenido, contra el venezolano Ángel David Ríos Vargas, representante en España del cartel colombiano dueño de la cocaína. Se encuentra procesado en rebeldía con orden de búsqueda y captura.

El fiscal sostiene que el 4 de agosto de 2006 el bastiscafo fue trasladado de una nave en Oia al astillero de Meira donde se botó, pero problemas mecánicos obligaron a retirarlo del agua y dar explicaciones a los colombianos. El 12 de agosto, añade, se trasladó el submarino al astillero Industrias Navales A Xunqueira en Moaña desde donde salió en busca de una tonelada de cocaína escoltado por el Nadir III.

Entonces, siempre según el fiscal, "el piloto, J.C.G., desconfiando de la seguridad de la embarcación, presa del pánico, se negó a seguir el periplo, optando M.C. por dejarlo abandonado en medio de la ría de Vigo con la finalidad de simular su aprehensión por la Policía y forzar así a los titulares de la droga a aceptar hacer el transporte de ésta en el velero", según el escrito fiscal.

La publicación en los medios de comunicación de que el grupo era investigado desde hacía un año, llevó a los colombianos a desistir del transporte y exigieron a los españoles el dinero que habían invertido en la operación. Así, los presuntos financieros T.B. y J.S. entregaron 30.000 euros al venezolano Á.D.R. Para resarcirse, los gallegos preparaban con los andaluces un nuevo transporte, esta vez de 6.000 kilos de cocaína, que se frustró al ser detenidos.