Un vigués con orden de alejamiento intenta dar una carta a su exnovia en un juicio por coacciones
La juez le advierte de que seguirá en prisión si no ceja en su "obsesión" y deja de pretender contactar con ella
U. Foces - Vigo
Un hombre en prisión por incumplir las órdenes de alejamiento y la prohibición de comunicarse con su exnovia, intentó aprovechar el juicio por coacciones e injurias que tenía ayer en el Juzgado de Penal 1 de Vigo para entregarle una carta a la víctima y romper así la incomunicación impuesta por vía judicial. Al concluir la vista, y cuando la juez le concedió el turno a la última palabra, Alejandro A.D., esposado, manifestó que tenía allí unos papeles para su ex novia y quería que los leyera.
Ante la cara estupefacta de su abogada, la magistrada le recriminó su actuación:"Tiene varias órdenes de alejamiento, está en prisión por los quebrantamientos. Olvídese de ella, que solo se está buscando usted complicaciones. ¿No la ha oído declarar hoy en esta sala? Veo que usted insiste y está en una situación complicada, ya se lo dije muchas veces. Debe tomar conciencia. Por sus papeles y obsesiones está en la cárcel, y va a seguir allí si no ceja en su obsesión". La juez se dirigió a la abogada defensora con un "asesore usted a su cliente", a lo que ésta replicó "Señoría, antes de entrar ya se lo advertí, pero no puedo prever sus actuaciones".
El intento de entregar a la víctima una carta en plena sala, destapó un continua cadena de acosos a la joven desde que hace año y medio ella decidió cortar la relación. Episodios que han ido juzgándose por separado. El hostigamiento fue tal, que la joven fue la primera mujer gallega protegida por la Policía con un GPS que llevaba en el bolso y cuya alarma saltaba directamente en sede policial cuando él, al que se le puso una pulsera telemática, se acercaba a menos de 300 metros. En una ocasión se la arrancó y por eso tiene otra causa abierta.
La vista celebrada ayer se remonta al 1 de agosto de varios atrás. La joven fue abordada en la rampa exterior de un garaje por el acusado, que la agarró y no la dejaba marcharse, según relató la víctima. Aquella madrugada, sobre las 4, el acusado había intentado acceder al edificio en el que reside la joven, la llamó por el telefonillo y la Policía lo localizó en las inmediaciones tras recibir la llamada de denuncia de la víctima. Horas después el ascensor de la vivienda apareció con pintadas injuriosas hacia la joven.
Un testigo de la retención, que tuvo lugar sobre las 3 de la tarde del 1 de agosto, explicó en la vista que pasaba por la calle con su mujer y su hijo y oyó llorar al chica y decirle al acusado ¡déjame!, por lo que volvieron sobre sus pasos por su necesitaba ayuda. "Él la tenía agarrada, le decía cosas como que no le dejase y le impedía moverse. No podía salir del garaje", relató el hombre. "La chica sólo repetía: Decidme que viene ya la Policía, y cuando le dijimos que ya habíamos llamado, se marchó, habrían pasado 15 minutos".
La Fiscalía y la acusación particular solicitan para Alejandro A.D. una condena de 10 meses de prisión por el presunto delito de coacciones, y veinte días multa a razón de 18 euros diarios por injurias. El acusado negó esta versión de los hechos y su defensa solicitó su libre absolución porque "no la retenía, sino que era un abrazo para consolarla, ya que ella lloraba por la discusión. Él sólo quería una explicación de por qué lo había dejado y retomar la relación", concluyó.
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