"Si hubiera tenido intención de rendirse lo habría hecho, pero no quería. Se bloqueó y se parapetó tras un cuchillo enorme sin visos de reaccionar. Siete horas dan para mucho y si lo que se pretendía era cansarla, no parecía funcionar. Así que Lucía vio una oportunidad y tomó una decisión con lucidez. Con una mano le agarró la que portaba el cuchillo y con la otra abrió el pestillo. La toxicómana se giró entonces contra ella tratando de apuñalarla, pero no lo logró y la Policía actuó en segundos". Así resumen los allegados de la abogada el momento de la liberación tras permanecer como rehén de una toxicómana durante 7 horas a la vista del público en un cajero automático.

La letrada, que prestó declaración ayer por la mañana en la comisaría viguesa, trataba de descansar durante la jornada de ayer, según explicaron sus familiares, ya que "no pudo pegar ojo durante toda la noche" y se encontraba nerviosa.

"Ha sido abogada del turno de oficio. Es una mujer de mucho temple y muy valerosa, sabe transmitir tranquilidad y eso hizo durante todo el tiempo que estuvo retenida, aunque con el temor de que la otra mujer no soltaba el cuchillo en ningún momento, tenía serios problemas de toxicomanía y graves trastornos psíquicos, con lo que debía estar alerta porque en cualquier momento podría cumplir sus amenazas. No sabía cuál iba a ser el desenlace", explican.

La víctima habló mucho con su secuestradora y trató de razonar con ella, asegurándole que le daba el dinero, sin que ésta depusiera su actitud. Finalmente ambas mujeres encontraron un nexo común para entenderse: la maternidad. La rehén explicó a la toxicómana que era madre de un niño de 4 años y otro de apenas cuatro meses. Entonces Celia Q.S., le contó que era madre de dos mellizos de 5 años y tras hablar de sus hijos empezó a relatarle su vida. Así, además de confesarle que hace "muchos años" mató a su novio, le expuso que hace cinco años sufrió un grave accidente de tráfico, ya que fue atropellada. A consecuencia de las heridas quedó incapacitada y cobró una gran indemnización, que se gastó en droga. También hizo partícipe a la letrada de los problemas con su último novio, Jorge, y de las cosas "raras" que le ocurren. De hecho en el interior del cajero sufrió lagunas de ellas, porque veía cosas que no ocurrían.