Manuel Charlín Gama "Patriarca" del clan arousano de Los Charlines estrena libertad a sus casi 78 años en su casa familiar de Vilanova, tras pasar dos décadas en prisión por tráfico de drogas a gran escala y blanqueo de capitales. Su licenciamiento penitenciario por cumplimiento de penas acumuladas coincide con una nueva imputación por blanqueo en una causa todavía secreta en la que figuran junto a él y su mujer cinco de sus seis hijos y dos nietos. Eludió la prisión de nuevo abonando la fianza de 30.000 euros que fijó el juez para cada uno de ellos.

– Nada más salir de prisión hay una nueva causa contra usted. En la Operación Repesca le imputan también blanqueo.

–¿Cómo he podido blanquear desde la cárcel? No compré ni vendí nada desde que hace 20 años me encerraron y tengo todo embargado... Es una persecución total. No nací en la cárcel, sino en el seno de una familia como todos. He pagado todo íntegro. En la cárcel de Navalcarnero trabajé limpiando váteres y me dieron la redención extraordinaria. Lo único que quería era mi libertad, no me importaba hacer el trabajo que fuera, pero la Audiencia Nacional me la denegó, igual que tampoco quería descontarme los tres años y cinco meses de prisión provisional, y tuve que recurrir al Supremo, que dijo que me correspondían. No le debo nada a la Justicia, se trata de una venganza a un hombre de 78 años tras cumplir 20 de cárcel. ¿Dónde están la humanidad, y los derechos humanos?. Salía con la ilusión de cuidar a mi mujer, que por los disgustos que le hemos dado y un problema de nervios se puso muy gruesa y necesita que dos personas la ayuden, pero me encuentro con esto. En Vilanova todos nos conocemos y hay verdaderas fortunas de cientos de millones de euros, a esos no los tocan.

–La Fiscalía y las fuerzas antidroga temen que pueda ponerse usted otra vez al frente de una organización de narcotráfico.

– ¿Al frente de qué? A nosotros, desde que ocurrió lo que ocurrió, fuéramos responsables o no (en alusión a las condenas de la Audiencia Nacional por narcotráfico y blanqueo), los antidroga no nos volvieron a coger con un solo gramo de hachís o coca. Si tuviéramos una organización habríamos seguido trabajando, no íbamos a esperar veinte años. ¡Yo no tengo una organización, ni gente, ni barcos! Soy un jubilado con una pensión.

–Pero en apenas horas reunieron casi 200.000 euros para pagar las fianzas de 30.000 euros impuestas ahora por el Juzgado de Vilagarcía en el nuevo caso de blanqueo y eludir la prisión.

– ¡No tengo ni un duro, me lo han quitado todo, menos el aire porque no podían!. Uno de mis hijos sigue en prisión porque no tenemos dinero para sacarlo, dígalo bien claro, que no me da vergüenza. En mi caso, salgo de la cárcel jubilado con un problema de corazón y el fiscal pretende mandarme de nuevo allí. Casi vuelvo. Pedí 72 horas para buscar los 30.000 euros de la fianza, y me lo denegaron. Mi nieto vino conmigo al juzgado, pese a la desgracia de mi apellido, y ya había reunido el dinero con su mujer.

–La droga ha causado muchas muertes y destrozado familias, especialmente en Arousa. Los colectivos antidroga han denunciado reiteradamente la situación, y el blanqueo ha minado negocios legales. ¿Se arrepiente de algo?

–No me arrepiento de nada, no he hecho nada. No tengo de qué arrepentirme. He pagado 20 años de cárcel y me han quitado todo. Nadie me cogió nunca con un sólo gramo de cocaína y algunos de mis hijos han estado "enganchados".

–Pero le condenaron junto a varios miembros de su familia por un transporte marítimo de mil kilos de cocaína.

– El juez Garzón, tras el fracaso de la Operación Nécora que le salió mal, encontró a un hombre cuya mujer e hijos estaban encarcelados, le ofreció ponerlos en libertad y no sé que más para que me implicara y demostrar así a todo el mundo que tenía razón cuando me imputó en la Nécora. Yo no tenía nada que ver con aquel alijo.

–Se refiere a Manuel Baúlo, que fue asesinado a tiros poco después por sicarios colombianos en su casa de Cambados y cuya mujer quedó tetrapléjica a consecuencia de los disparos.

–De la muerte de Baúlo no sé nada. ¿Y usted?, concluye dando por finalizada la entrevista.