El quebrantamiento de condena está castigado en el Código Penal. Y esto lo sabe muy bien un vigués que acaba de ser condenado a pagar una multa de 1.080 euros. ¿La razón? Un juez le había impuesto una pena de trabajos en beneficio de la comunidad, pero no la cumplió en su totalidad: falto un día, lo que le ha valido un castigo económico y la advertencia de que si no paga deberá cumplir seis meses de prisión. Casos como éste no son excepcionales, ya que los juzgados celebran casi todas las semanas juicios contra personas que incumplen condenas de trabajos comunitarios y también penas de localización permanente, por las cuales el afectado no puede salir de su casa durante el tiempo que se fije en la sentencia.

En el caso del condenado ayer por faltar un día a los trabajos comunitarios, el joven aceptó el castigo tras un acuerdo entre su abogada y la fiscal. La mayoría de estas penas se imponen por delitos de tráfico o de malos tratos y en Vigo se suelen cumplir en el Concello, que ofrece plazas en departamentos como Jardines o Vías y Obras.

¿Son frecuentes estos incumplimientos? La realidad demuestra que sí. "Hay muchos casos, y eso pese a que la pena mínima por un quebrantamiento de condena es de 720 euros; y si la persona no puede pagar ese dinero, acaba en prisión", alertan fuentes judiciales.

También son habituales los juicios contra personas que incumplen las penas de localización permanente: el condenado no puede salir de su domicilio los días que fije la sentencia, que suelen coincidir con los fines de semana para que los afectados puedan ir a su puesto de trabajo de lunes a viernes. Un juzgado celebró recientemente un juicio contra un hombre que decidió salir de casa para ir a comprar tabaco y fue sorprendido por la Policía en plena calle. "Los agentes suelen ir tres veces al día a comprobar si la persona está en su vivienda; sin permiso, no se puede ni salir a tirar la basura", advierte un jurista.