Diez años y diez meses de prisión. Ésta es la pena impuesta por la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra al joven vecino de Nigrán que agredió a su ex novia durante casi toda una noche y que, varios días después, la volvió a golpear y la violó en un descampado de la parroquia nigranense de Camos tras enterarse de que la mujer lo había denunciado por el primer episodio de maltrato. El tribunal considera a P.J.S.V. autor de sendos delitos de lesiones en el ámbito familiar y agresión sexual en su modalidad de violación, pero lo absuelve del de detención ilegal que también le imputaba el fiscal.

De poco le valió a este joven de 34 años asegurar en el juicio que la relación sexual había sido consentida. La sala califica de inconsistente esta versión y, al contrario, considera "absolutamente convincente" lo declarado por la víctima sobre los episodios violentos ocurridos a finales de marzo de 2008. La pareja había mantenido una relación sentimental durante un año y medio, pero habían roto "poco tiempo antes" de ese mes pese a que, según consta en la sentencia, se seguían viendo de forma ocasional.

En este contexto, a última hora de la tarde de aquel 26 de marzo el joven esperó su ex compañera a la salida de su trabajo y la acompañó hasta su casa, ubicada en Nigrán. Tras tomarse un vino y fumar un porro, el hombre comenzó una discusión con la joven que fue subiendo de tono hasta el punto de que ella le dijo que "era un yonqui" y que no quería volver a saber nada más de él. La sentencia relata que en ese momento el condenado "comenzó a golpearla reiteradamente": le propinó golpes en la cara, tirones de pelo y empujones contra las paredes. Esta situación, con intervalos de calma, "se prolongó durante gran parte de la noche", un período en el que el acusado también causó daños en la puerta del dormitorio y rompió el teléfono móvil de la chica.

Orden de protección

El agresor se marchó a la mañana siguiente y la mujer, que sufrió múltiples contusiones y hematomas, decidió denunciar lo ocurrido y pidió una orden de protección. Al enterarse de que había sido denunciado, el joven se presentó en la casa de su ex novia a las tres de la madrugada del 29 de marzo, logrando entrar en la vivienda con un juego de llaves que se había llevado en la anterior ocasión. Una vez allí, vio que su ex compañera estaba con un amigo, por lo que cogió un cuchillo de la cocina y, tras mostrárselo al joven, lo obligó a que se fuese del domicilio.

Sin soltar el arma –siempre según el fallo–, agarró por los pelos a la chica, la arrastró hasta la calle y la introdujo por la fuerza en la parte de atrás de su coche pese a las súplicas de ella. Condujo a toda velocidad hasta un descampado de Camos, paró el vehículo, fumó un porro y, tras golpearla y discutir con ella para que retirara la demanda, la agredió sexualmente.