Fue uno de los delincuentes más sanguinarios y temidos de España. Y dejó su huella en Vigo. Tomás Ruiz Fernández, "Tomasín", asesinado a tiros el pasado lunes cerca de la prisión cántabra de El Dueso, fue condenado por un juzgado de lo Penal de la ciudad olívica por sendos asaltos con escopeta registrados en marzo de 1986, cuando se encontraba huido de la Justicia y sólo un mes después de cometer un cuádruple crimen en Cantabria. La de Vigo era sólo una de las más de veinte condenas que acumulaba este peligroso reo natural de Santander que, a sus 55 años, pasó más de la mitad de su vida entre rejas.

Un individuo con "una personalidad psicótica de carácter irreversible". Así calificaban los psiquiatras a "Tomasín", protagonista de un interminable historial delictivo –en el que abundaban los robos y los delitos de sangre– y de una vida caracterizada por sus constantes entradas y salidas de prisión, con fugas incluidas.

Pisó por primera vez un penal a mediados de los setenta, por el atraco a una joyería de la localidad cántabra de Reinosa. Y en 1986, tras concedérsele un permiso penitenciario, decidió no regresar a la cárcel: fue en esta huida, que duró varios meses, cuando estuvo en Vigo. Acompañado por otro individuo no identificado y ayudado por una escopeta para intimidar a las víctimas, asaltó una clínica y un club de la Gran Vía y la avenida de Camelias. El primer robo, en la clínica, ocurría el 3 de marzo de ese 1986: robaron 60.000 de las antiguas pesetas y dejaron encerradas a las cinco personas que estaban en el local. Cinco días después, asaltaban el "Club Ray-Fay", logrando un botín de más de 100.000 pesetas. En esa fuga también mató a cuatro personas en Cantabria –por un presunto ajuste de cuentas por el atraco a la joyería– , atribuyéndosele además un quinto asesinato del que no se pudo demostrar su implicación. En abril, un mes después de los robos en la ciudad olívica, era detenido y volvía a la cárcel.

La condena por los atracos de Vigo tiene fecha de febrero de 1995: "Tomasín" fue penado con ocho años, cuatro meses y dos días de prisión menor. Al ser la última sentencia firme que había contra él tras una larga sucesión de fallos judiciales, al juzgado vigués le correspondió realizar la refundición de todas las penas, es decir, fue el que determinó que el tiempo máximo de cumplimiento de prisión sería de 30 años. Un período que aún no había concluido, por eso, cuando el pasado viernes el delincuente no volvió a la cárcel de El Dueso tras disfrutar de una salida, el hecho fue comunicado a la ciudad olívica. El lunes, cuando regresaba al penal con tres días de retraso, era asesinado. Y en Vigo se archivará totalmente un expediente que contenía parte de las andanzas delictivas de uno de los reos más peligrosos de la historia criminal más reciente de España.