Una cabalgata de Reyes que acabó de manera accidentada. El concello vigués y una empresa pirotécnica se enfrentan al pago de una indemnización de 136.000 euros que reclama la familia de un bebé que perdió totalmente la visión de un ojo debido al impacto de un artefacto pirotécnico durante el desfile de carrozas celebrado en Vigo el 5 de enero del año 2005. La niña, que entonces tenía sólo seis meses, estaba en un cochecito en la acera con su hermano de 3 años, una prima y varios familiares adultos cuando los restos de uno de los fuegos artificiales que se tiraron esa tarde cayeron sobre ellos: la peor parte se la llevó la menor, ya que el cohete quemó su carrito y la toquilla en la que iba envuelta y le causó daños irreparables en uno de sus ojos.

Estos hechos ocurrían hace casi cinco años. Y ayer, en el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 1 de Vigo, tenía lugar la vista contra el Concello y la empresa contratada para la salva de fuegos artificiales de ese día de Reyes: se exigió el pago de 136.000 euros por las lesiones y las secuelas funcionales y estéticas que sufrió la niña, que en la actualidad continúa acudiendo a revisiones médicas cada seis meses. "Vimos venir los restos del cohete, pero ya no nos dio tiempo a apartarnos", relató la tía de la pequeña ante el juez. Esa tarde acudieron a la cabalgata más de 100.000 personas, y este grupo, junto a otras muchas personas, seguía el desfile en el tramo de la acera de la avenida de Castrelos situado ante el Instituto Santa Irene. Y fue desde este centro desde el que se tiraron los fuegos artificiales que acabaron ensombreciendo aquella tarde de fiesta.

Lucha

En relación con este siniestro ya hubo un juicio de carácter penal. Pero el juzgado dictó una sentencia absolutoria al considerar que no existía responsabilidad penal, por lo que la familia acudió a la vía administrativa y reclamó directamente al Concello vigués. Tras varios años de espera, el Ayuntamiento respondió que no tenía responsabilidad alguna, atribuyéndola a la empresa pirotécnica, y valoró los daños en 86.000 euros, una cifra que se encuentra muy por debajo de los casi 140.000 que demanda la familia, que ahora continúa su lucha en el juzgado Contencioso vigués.

"Existe responsabilidad patrimonial del Ayuntamiento ya que el accidente se produjo como consecuencia de un acto que organizó la Administración", señalan fuentes cercanas a la familia, que añaden que fue el Concello quien contrató a la firma pirotécnica y que no adoptó las medidas de seguridad pertinentes. "La niña y los familiares estaban en la acera, muy cerca del lugar desde el que se tiraban los fuegos; no se debería haber permitido que la gente siguiese el desfile desde allí ya que había muchos riesgos por la cercanía, por el viento...", explican. El juicio iniciado ayer, en el que también declararon la abuela de la niña y un policía local, continúa dentro de dos semanas con la declaración de un médico que aclarará las lesiones que presenta la menor.