Un naufragio rodeado de incertidumbres. El pesquero gallego Nosa Cantiga, que se hundió el domingo por la tarde en aguas de Portugal mientras sus 8 tripulantes fueron rescatados con vida en dos lanchas salvavidas, carecía de Permiso Temporal de Pesca, (PTP), desde el pasado 30 de junio, según fuentes del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino. El congelador con base en Las Palmas y propeidad de una armador de Ribeira operaba desde el puerto de Marín, desde donde había salido la misma mañana del naufragio, hacia Senegal, alparecer para hacer una marea. "El barco podía salir a lo que quisiese, menos a pescar", reiteraron fuentes de la Administración Central.

Una vía de agua en la sala de máquinas causó el naufragio, a tenor de las declaraciones realizadas ayer por los marineros ante la Policía Marítima del puerto de Leixoes. Los ocho tripulantes, incluidos los dos herido leves que fueron dados de alta en un hospital de Oporto, tenían previsto regresar anoche a sus domicilios en Ribeira y Marín. "Todo fue muy rápido, oí un ruido y el motor se paró", explicaba a pie de muelle uno de los náufragos.

La investigación de lo ocurrido con el barco será minuciosa, según informaron fuentes oficiales a tenor de los muchos interrogantes abiertos en torno al siniestro. ¿A dónde se dirigía si no podía pescar? El barco, construido en 1967, se hundió a 19 millas de Vila do Conde. A bordo iban dos ghaneses, un ucraniano y cinco gallegos: tres de Ribeira, el patrón y el jefe de máquinas, igual que el armador, Modesto López Fariña, según Efe y otro de Bueu.

Una armadora asentada en Cangas do Morrazo era la propietaria del congelador que permaneció varios años abandonado en el puerto de Marín tras cerrarse el caladero marroquí. El año pasado fue sometido a un expediente de desguace por la Autoridad Portuaria, aunque hace unos meses sufrió una revisión y logró volver a faenar en Senegal.

La Asociación de Titulados Náutico Pesqueros, Aetinape, solicitó ayer la apertura de una investigación. "Hay que averiguar si el actual armador cometió un fraude recibiendo ayudas para un desguace que nunca llegó, o si se trata de un caso normal con un barco que debería estar obligatoriamente amarrado y que sigue trabajando", manifestó Manuel Muñiz, presidente de Aetinape.

La nueva propietaria del Nosa Cantiga es Pesquería de Aguiño, una firma tras la que se encontraría Modesto López Fariña. Este ribeirense ha sufrido diversos percances en sus negocios, tanto de pesca como en la conservera que montó en Castiñeiras y que resultó calcinada por un incendio tras recibir una subvención millonaria que el Estado reclamó que devolviera.

Así, otro de sus buques, el Iannis, se habría hundido en 2006 frente a Ribeira camino de un astillero. Sus tres tripulantes fueron rescatados al sufrir una vía de agua en la sala de máquinas. El mismo armador sería el responsable del pesquero Lady Laura, atracado en el muelle de Ribeira donde tres marineros marroquíes permanecieron 9 meses a bordo viviendo de la caridad de la gente en 2007 porque la empresa no había pagado a la tripulación y ellos no tenían dinero para regresar a su país.