La Guardia Civil de Ourense centra la investigación del doble crimen de Taboadela en el rastreo de las últimas llamadas recibidas y realizadas por las víctimas los días previos al homicidio. Los fallecidos son un matrimonio de sexagenarios, María Teresa Campos y José Martínez, que fueron hallados muertos a tiros por su hija en su casa de este municipio ourensano. La pareja de jubilados recibirá sepultura hoy, a las cuatro y media de la tarde, tras la celebración de un acto religioso en la iglesia parroquial de Mesón de Calvos. Las indagaciones de los investigadores se centran, entre otras hipótesis, en el entorno familiar de los fallecidos.

El grupo de la Policía Judicial de la Benemérita, según pudo saber FARO, indagará, con el rastreo de las llamadas, en quiénes fueron las últimas personas que mantuvieron contacto con el matrimonio. También tratará de averiguar quién o quiénes los vieron con vida por última vez.

El matrimonio tiene dos hijos. El hijo varón de la pareja es sospechoso de ser el presunto autor de unos disparos a un brigadista de Xunqueira de Ambia (Ourense) el pasado verano. Según fuentes a las que tuvo acceso este periódico, este hombre reaccionó desolado tras conocer la muerte violenta de sus padres. “El joven se presentó en el lugar el domingo, una vez que se enteró de la triste noticia, y estuvo nervioso y lloroso acompañando a su hermana”, señalaron, para añadir que en la declaración realizada por el hijo “precisó que el sábado había estado fuera y que se enteró [de los crímenes] cuando lo llamaron”.

Líneas

Los investigadores precisan que se está trabajando en varias líneas e hipótesis, descartándose ya el robo, porque no había nada revuelto en la casa ni faltaba ningún objeto de valor. “Trataremos”, añaden las fuentes citadas, “de configurar con los testimonios y todos los datos cómo fueron las últimas 24 horas de este matrimonio”.

Los seis casquillos de bala que aparecieron en la escena del crimen también ayudarán a esclarecer lo ocurrido. En esta línea, la Guardia Civil cree que “aquellos [casquillos] que se encontraron incrustados en la pared o por el suelo ayudarán a precisar la velocidad de la bala, así como la distancia, lo que determinará cuál era la posición desde la que el homicida efectuó los disparos que acabaron con la vida de estas personas”. Los agentes interrogaron tras el crimen a los vecinos del matrimonio, llegándoles a preguntar si habían visto un Patrol de color negro circulando por la zona el pasada sábado, que es el día que se sospecha que se produjeron las muertes.

La juez encargada del caso ha decretado el secreto de sumario, por lo que no trascendió el resultado de la autopsia practicada en la jornada de ayer a las víctimas en el Complexo Hospitalario de Ourense. Lo que sí se sabe es que la mujer recibió dos impactos de bala en el cráneo y que el marido sufrió un disparo en el cuello. Los fallecidos aparecieron boca abajo en el patio y en el galpón de la vivienda.