El pago de una multa de 600 euros y la realización de 22 días de trabajos en beneficio de la comunidad. Ésta es la condena que aceptó ayer el motorista vigués que fue sorprendido por un radar de la Guardia Civil de Tráfico circulando a 143 kilómetros por hora en un vial de Baiona donde el límite de velocidad se encuentra establecido en sólo 20 kilómetros al tratarse de una zona en obras. El joven aceptó la autoría de los hechos en un juicio rápido por conformidad celebrado ayer en el Juzgado de Instrucción Número 6 de Vigo, que es el que se encontraba en funciones de guardia cuando se cometió esta infracción de tráfico.

El motorista, cuya identidad responde a las iniciales J.M.U.D., fue condenado como responsable de un delito contra la seguridad del tráfico, concretamente por circular con exceso de velocidad. El hecho de que se conformase con la pena provocó que se beneficiase de una rebaja de un tercio con respecto a la condena que solicitó inicialmente el ministerio fiscal. Además de la multa y de la realización de trabajos en beneficio de la comunidad, la magistrada titular del juzgado decreta en la sentencia un total de ocho meses de privación del derecho a conducir tanto vehículos a motor como ciclomotores.

En la PO-552

Los hechos ocurrieron hace una semana -concretamente el pasado martes por la tarde-, cuando el radar de la Benemérita detectó en la carretera PO-552, a la altura del municipio de Baiona, como una motocicleta iba a 143 kilómetros por hora en una carretera donde normalmente no se puede circular a más de 50 y que además, al menos en aquel momento, tenía el límite en 20 -debidamente señalizado- por los trabajos que se están realizando en la calzada. Tras comprobar la infracción, los agentes procedieron a la localización e identificación del joven, que fue citado para el juicio rápido celebrado ayer en Vigo.

La infracción cometida por este vecino de la ciudad olívica tiene categoría de delito ya que desde la reforma penal en materia de tráfico, circular superando los 80 kilómetros por hora en vías interurbanas -y en este caso se superó en 123 km/h- se castiga penalmente, incluso con penas de prisión.