Disparó a bocajarro a dos hombres en Aranga, los descuartizó ayudado por su mujer y un conocido, envolvió los cuerpos en bolsas de basura y los trasladó a una fosa séptica de una vivienda deshabitada de Fonteculler (Culleredo). Así actuó José Ramón Blanco Vila, un fontanero de 26 años de A Coruña que presuntamente asesinó a Manuel Ramón Luces, de 40 años, y Javier Toledo Ferrer, de 36 años, que desaparecieron el pasado mes de noviembre. El primero es de Muros y el segundo, vecino de esa localidad y natural de Castellón de la Plana. La Guardia Civil detuvo a Blanco Vila a última hora de la tarde del jueves junto a otras ocho personas, entre las que está la mujer del presunto asesino.

Los acusados, según la Guardia Civil, traficaban con drogas y asaltaron varios chalés y establecimientos comerciales de A Coruña y el área metropolitana en los últimos meses, entre ellos, la casa de la conocida diseñadora de moda Kina Fernández, que reside en Santa Cristina.

Los agentes encargados de investigar los asaltos a las viviendas relacionaron a través de escuchas telefónicas a algunos miembros de la banda con los desparecidos en Muros. Los cuerpos desmembrados fueron hallados en el interior de la arqueta situada en la planta baja de la casa.

Blanco Vila disparó, según las investigaciones realizadas por la Guardia Civil, a Luces y a Ferrer en la cocina y en el salón de su casa de Aranga, tras mantener una discusión con ellos por una deuda relacionada con las drogas. En el momento en el que sucedió el crimen, según las mismas fuentes, estaban en el domicilio familiar la esposa del acusado, su hijo de cuatro años y una tercera persona que también está detenida por colaborar en el descuartizamiento de los cuerpos.

Drogas, posible móvil

“Es probable que haya drogas por el medio. La desaparición de los hombres creemos que está relacionada con el mundo del trapicheo y la droga”, admitió ayer Javier Seoane, uno de los portavoces de la Guardia Civil. Los agentes que efectuaron la operación en la que por el momento hay nueve detenidos sospechan que el asesinato se produjo en “fechas muy próximas” al día en el que denunciaron la desaparición de las víctimas, la tarde-noche del 8 de noviembre del año pasado. Los imputados, seis hombres y tres mujeres, son de nacionalidad española, algunos de etnia gitana, y vecinos de A Coruña y su área metropolitana y, según la Guardia Civil, formaban parte “de dos grupos diferenciados, pero relacionados entre sí”. La mayor parte de los detenidos están imputados por asaltar y robar en domicilios, entre ellos uno en Carral del que se llevaron la caja fuerte, y en establecimientos comerciales de la ciudad y sus alrededores. Algunos de los arrestados, que tienen edades comprendidas entre los 28 y los 36 años, pasarán hoy por la tarde, según lo previsto, a disposición judicial. El acusado de asesinar a las dos personas desaparecidas en Muros se negó ayer a prestar declaración en dependencias policiales, al igual que otros de los imputados en los asaltos a las viviendas de la comarca.

Los agentes de la Guardia Civil se incautaron de numerosos objetos procedentes de los robos que le imputan a la banda durante los registros que realizaron el jueves en las viviendas de algunos de los sospechosos. Entre el material intervenido en las casas hay desde salchichones hasta rifles, pistolas, pasamontañas, televisores de plasma y joyas. Los registros a las viviendas comenzaron a efectuarse sobre las siete de la tarde del jueves. Por la noche, la Guardia Civil y los agentes de la Policía Judicial y Científica acudieron a la casa donde encontraron los dos cadáveres.

La Guardia Civil halló los cuerpos desmembrados y metidos en bolsas de basura de los dos desaparecidos tras intervenir los teléfonos de los presuntos miembros de una red organizada dedicada a robar en domicilios y establecimientos comerciales. De la investigación sobre el paradero de las víctimas se encargaba el Juzgado de Muros y en A Coruña se seguía a los miembros de la banda. “Dos hechos policiales aparentemente diferentes culminan con los ocho detenidos que hubo el jueves y el de ayer a primera hora de la mañana”, comentó el portavoz de los agentes.

El presunto asesino tiene antecedentes policiales, pero no penales. El hombre que supuestamente estaba en la vivienda cuando el homicida disparó a las víctimas responde a las iniciales A.F.B., estaba citado para asistir ayer a un juicio por darle una paliza al portero de una discoteca. Está acusado de clavar un cuchillo al vigilante del local en abril del 2006. El fiscal solicitaba que fuese condenado a cinco años y once meses de cárcel, pero la vista fue aplazada.

Denuncia

La madre de uno de los fallecidos denunció la desaparición de su hijo en Muros después de comprobar que no se había tomado la medicación que necesitaba debido a la enfermedad terminal que padecía. El desaparecido había sido puesto en libertad, a pesar de haber sido condenado, debido a su deteriorado estado de salud. Según las investigaciones de la policía, el hombre estaba relacionado con el tráfico de drogas, mientras que Toledo Ferrer era tan sólo su amigo.

La Guardia Civil que investigaba la desaparición encontró el coche de Luces Tajes en el aparcamiento de un supermercado de Noia. El vehículo tenía las llaves puestas y las ventanillas bajadas, lo que llevó a los agentes a pensar que habían sido asesinados. A partir de las escuchas telefónicas, los policías relacionaron la red de asaltantes con la desaparición de las víctimas y pudieron conocer el lugar donde habían sido escondidos por Blanco Vila, que se dedicaba a realizar labores de fontanería. Los agentes incluso rastrearon en los últimos meses con perros especializados algunos montes de Betanzos donde sospechaban que podían estar ocultos los cuerpos. Los nueve imputados permanecen en las dependencias de la Guardia Civil de Lonzas. Los agentes encargados de la operación no descartan que en los próximos días se produzcan nuevas detenciones, pues no han dado por concluida la investigación.

Los trabajos de rescate de los cuerpos fueron dirigidos por el Juzgado de Instrucción número 7 de A Coruña, aunque lo más probable es que las muertes de estos dos hombres sean investigadas por un juzgado de Betanzos, partido en el que supuestamente se cometieron los crímenes.