Ya no fue preciso celebrar el juicio. El acusado de abusar sexualmente de una menor en la localidad pontevedresa de O Grove durante un período de cuatro años se confesó ayer culpable de los hechos en la Audiencia Provincial de Pontevedra. Al asumir la autoría, este grovense de 46 años de edad, J.A.C.G., aceptó la condena de ocho años y seis meses de prisión que solicitaba la Fiscalía desde un principio. “Lo lamento muchísimo y me arrepiento de todo”, afirmó en la sala de vistas el hombre refiriéndose a los abusos sexuales, que comenzaron cuando la víctima sólo tenía 9 años de edad.

La Fiscalía y el abogado que lleva el caso como acusación particular imputaron J.A.C.G. un delito continuado de abusos sexuales, por el que demandaron la pena de ocho años y seis meses de prisión que aceptó el procesado. Además de la cárcel, se le impone un distanciamiento obligado de la víctima de al menos 300 metros y la imposibilidad de comunicarse con ella durante nueve años. Y en concepto de responsabilidad civil, este vecino de O Grove deberá pagar 50.000 euros como indemnización por los daños morales ocasionados a la menor. En referencia a este punto, la fiscal pedía inicialmente 30.000 euros, pero en la sesión de ayer decidió elevar esta cantidad a los 50.000 que ha aceptado pagar el acusado.

Sin parentesco

Los hechos que se abordaron ayer en la Audiencia Provincial de Pontevedra consistían en unos abusos sexuales continuados contra una menor de edad de la localidad de O Grove, con la que el acusado no tiene ninguna relación de parentesco. El hombre conocía a la niña por ser amigo de un tío de la pequeña, según explicó la fiscal, Encarnación Bullón.

Según los hechos aceptados ayer por el propio imputado ante el tribunal, éste acudía al domicilio de la víctima con el pretexto de ver a un pariente de la menor. En días no determinados, entre los años 2003 y 2007, el procesado hacía sus visitas al hogar de la pequeña a última hora de la tarde o por la noche, cuando aprovechaba para introducirse en la habitación de la menor y la obligaba a realizarle felaciones.

Según expuso la acusación, el hombre también le obligó a masturbarlo y él mismo lo hacía al tiempo que introducía sus dedos en los órganos sexuales de la menor. Otra de las prácticas del hombre consistía en frotar su pene con la zona vaginal de la pequeña, sin llegar a penetrarla. Los abusos, admitidos ahora por el acusado, se sucedieron durante esos cuatro años hasta que la pequeña contó lo sucedido a su madre.

Ayer, después de leer las acusaciones que se le imputaban, J.A.C.G. se confesó sin ninguna duda autor de los hechos y declaró que “me arrepiento de todo”. La acusación particular se adhirió a las penas solicitadas por la Fiscalía y el letrado de la defensa, dada la decisión de su cliente, se declaró conforme con la condena tras consultarlo con el propio imputado.

El acusado ya se encuentra en prisión preventiva -que cumple en la cárcel pontevedresa de A Lama- desde que fue denunciado por la familia a finales de junio de 2007.