Doce personas se sentaron ayer en el banquillo de los acusados de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de A Coruña por presuntamente estar implicados en el asalto al chalé del empresario cullerdense José María Caamaño. Los tres colombianos que están en prisión preventiva por el robo a la vivienda, Carlos Alberto Arrobo, Ramiro Naya y Robinson Santamaría, reconocen que participaron en el atraco, pero niegan haber usado armas y maniatar a la mujer y a la hija del industrial.

Arrobo, Naya y Santamaría acusan a Erwin Vera, un venezolano que está en busca y captura, de haber planeado el asalto, de llevar la pistola, el puñal y las bridas que usaron para intimidar a las víctimas y de repartir el dinero -más de 500.000 euros- y las joyas entre las cinco personas que participaron en el robo.

Los colombianos, que se rieron entre ellos en varias ocasiones durante el juicio, coincidieron en la versión que dieron de los hechos. “Erwin tenía todo preparado. Llevaba una bolsa con la pistola, los pasamontañas, el puñal y las bridas. No sabíamos lo que llevaba dentro. Yo me quedé en el coche”, aseguró Arrobo, quien dijo, al igual que los otros dos procesados, que a la vivienda accedieron Vera, que está huído; José Luis Pareja, un peruano extraditado recientemente y que será juzgado en otra vista; y Santamaría, que declaró que él sólo había sustraído joyas de las habitaciones porque estaba “drogado y nervioso”. El tercer acusado, Naya, afirmó que se quedó “vigilando” el jardín del chalé.

Relato de los hechos

Los tres colombianos relataron que accedieron a la vivienda a través de un agujero que había entre unas tuyas y que esperaron en la finca unos 40 minutos hasta que llegó en coche la hija de Caamaño, a la que abordaron y amenazaron con un cuchillo para que les permitiese entrar en la vivienda.

El robo, según los ladrones, duró entre 10 y 15 minutos. “No conozco cómo se planeó. Erwin es el que conocía todo. No sabía que se iban a usar armas”, subrayó Naya.

Los tres procesados aseguraron que el reparto del dinero se realizó en un piso de Os Castros en A Coruña y que Vera repartió el botín. Los imputados, para los que el ministerio fiscal solicita 10 años de cárcel, declararon que cada uno recibió entre 30.000 y 50.000 euros.

Por otra parte, los dos acusados por la defensa de Caamaño de instigar a los colombianos negaron su implicación en los hechos.

La mujer de Santamaría, imputada por realizar varios envíos a Colombia para blanquear dinero, aseguró ante el tribunal que desconocía la procedencia del botín.