En 2004, Taín envió comisiones rogatorias al extranjero para que se informase sobre las cuentas bancarias de Dorado -con la dificultad añadida de que en algunos casos se trata de paraísos fiscales-, y mientras tanto decretó el secreto de sumario. Éste se prorrogaba mes a mes, y tras un recurso a la Audiencia Provincial se levantó en 2006.

No obstante, después llegó las contestación a las rogatorias enviadas por Taín. El caso se remite entonces a la Audiencia Nacional, que vuelve a decretar el secreto de sumario. Mientras tanto, también la Fiscalía suiza ha abierto diligencias, pues si el dinero ingresado en los bancos helvéticos es de procedencia ilícita, buena parte del mismo podría ser intervenido por las autoridades de este país. Los investigadores del caso creen que la red de Dorado habría evadido unos 60 millones de euros.

La Agencia Tributaria cree que la estructura económico financiera de la organización disponía de ramificaciones en varios países del mundo, como Suiza, Islas Vírgenes, Liechtenstein, Andorra, Belice, Bahamas, Portugal o Marruecos.

Los investigadores manifiestan también que la organización empleaba a personas de confianza de Marcial Dorado como testaferros y gerentes de patrimonio y que el objetivo final de la red era blanquear dinero procedente de actividades ilícitas. Además, las empresas del grupo cobrarían en Suiza, y un apoderado actuaría como un agente fiscal moviendo el dinero con plena libertad, sin necesidad de identificar a los titulares de las cuentas.

Las investigaciones españolas han contado con el respaldo de entidades y judiciales de Berna y Ginebra (Suiza) y de Lisboa (Portugal) para llevar a cabo esta operación, que se ha bautizado con el nombre de “Dourado”.

Las edades de los arrestados oscilan entre los 34 años y los 66, si bien la mayoría de ellos tienen entre 53 y 56. Otilia Ramos Dios, por su parte, defiende la inocencia de su esposo. Lo primero que quiere recalcar “es que esto no es una operación de narcotráfico”, y tampoco entiende que se inicie justo ahora un actuación contra el blanqueo que lleva cinco años abierta “cuando Marcial Dorado está siendo juzgado. La mujer insiste en que su esposo “es el administrador de todo su patrimonio y no esconde nada” y que el grupo empresarial no se ha nutrido en ningún momento de dinero ilícito.