El amerizaje de emergencia de un Airbus 320 sobre el río Hudson ha puesto a prueba, una vez más, la enorme experiencia y capacidad de respuesta de Nueva York ante emergencias donde están en juego un gran número de vidas y ha dado a los estadounidenses un nuevo héroe.

Las imágenes de una treintena de pasajeros dándose la mano y en pie en una de las alas del avión de US Airways que en la tarde del jueves cayó a las frías aguas del Hudson han vuelto a estremecer a muchos neoyorquinos, que han revivido otras escenas de pasadas tragedias que han afectado a la ciudad. "Milagro" fue la palabra que más veces se ha repetido tras ese accidente, en el que la experiencia y pericia de su piloto, el capitán CB "Sully" Sullenberger evitó la tragedia para los 150 pasajeros y los otros cuatro tripulantes que le acompañaban en el vuelo 1549 desde LaGuardia a Charlotte (Carolina del Norte).

"Es un milagro sobre el río Hudson. Se ha evitado un accidente que potencialmente podría haber sido muy trágico", afirmó el gobernador del estado de Nueva York, David Paterson, mientras observaba desde un muelle de Midtown, en el oeste de Manhattan, el avión aún flotando y rodeado de decenas de embarcaciones de rescate, la mayoría de la guardia costera, la policía y otras organizaciones de rescate.

El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, alabó la maestría del piloto de US Airways, y también la dedicación de los equipos de emergencia y los departamentos de Policía y Bomberos, que en unos minutos desplegaron todo un operativo de salvamento que también contribuyó a evitar la desgracia. "Ha sido un gran trabajo, que se suma a la gran labor realizada por los equipos de emergencia y otros departamentos, trabajando juntos y haciéndolo lo mejor posible. Ha sido una gran labor", afirmó Bloomberg.

"Estoy impresionado por el despliegue. Es increíble. La ciudad de Nueva York está preparada para cualquier adversidad y tiene entrenado a todo el personal ya sea de paramédicos, bomberos o rescate en cualquier catástrofe", dijo a Efe el médico de emergencias argentino, Gastón Costa, de vacaciones en la Gran Manzana y que presenció el operativo de salvamento.

Las bajas temperaturas que vive estos días la costa Este de Estados Unidos, y que en Nueva York se han situado entre -8 y -10 grados centígrados, con nieve y vientos polares, hicieron temer por la vida de los pasajeros, aunque finalmente sólo algunos han sido tratados por síntomas de hipotermia. Los doctores que atienden a los heridos han señalado, en los diferentes medios de comunicación, que se recuperan bien.

Pero el héroe de esta evitada tragedia ha sido Sullenberger, un aviador que, según su perfil en la red social para profesionales LinkedIn, lleva 29 años trabajando para esa aerolínea, ha sido piloto de combate de un F-4 en las fuerzas aéreas estadounidenses y desde hace dos años es el presidente de la organización Safety Reliability Methods, que proporciona asesoría técnica a diferentes industrias para evitar riesgos.

El amerizaje de emergencia que hizo Sullenburger de un avión comercial del tamaño de un Airbus 320 ha sido alabado por los expertos de aviación, ya que logró que la aeronave no sufriera daños, siendo potencialmente una operación de más riesgo que una similar en tierra.

Los causantes del accidente podrían haber sido un bandada de pájaros, posiblemente gansos, que golpearon los motores del avión pocos segundos después de haber despegado desde LaGuardia, lo que le obligó a pedir a la torre de control volver a tierra inmediatamente.

Los habitantes de la isla de Manhattan, con los ríos East y Hudson a cada uno de sus lados, se sobresaltaron de nuevo con este accidente, pues la ciudad ya ha vivido otros sucesos aéreos e incluso un ataque terrorista cuando el 11 de septiembre de 2001 unos terroristas estrellaron dos aviones comerciales contra las Torres Gemelas.

Cinco años después, un 11 once de octubre, una pequeña avioneta pilotada por el jugador de béisbol de los Yankees Cory Lidle, se estrelló contra un edificio de apartamentos en Manhattan, en un accidente en el que pereció junto a su acompañante.

En 2005, la región de Nueva York vivió otros accidentes aéreos, como el de un helicóptero que se precipitó en junio de ese año sobre el río East por un fallo mecánico y el de un bimotor, con once ocupantes, que meses antes chocó contra un edificio tras salirse de la pista en el aeropuerto de Teterboro (Nueva Jersey).

En julio de 1997, los neoyorquinos vieron también como un avión de la hoy desaparecida compañía aérea estadounidense "TWA" con más de 200 personas a bordo se estrelló cerca de Nueva York poco después de despegar del aeropuerto internacional de John F. Kennedy cuando se dirigía a París.