Más de doscientas personas murieron y 750 resultaron heridas tras el ataque más contundente emprendido por Israel desde la primera Intifada palestina de finales 1987 a través de una sucesiva cadena de bombardeos -hasta cuarenta misiles- desde aviones de combate y tanques sobre Ciudad de Gaza, Jan Yunis y el Paso de Rafá, concentrados principalmente sobre los cuarteles de la fuerza ejecutiva de Hamás, y en los que falleció el jefe de este contingente policial.

El ataque comenzó por la mañana con el lanzamiento de no menos de treinta misiles desde aviones F-16 israelíes sobre los cuarteles de la fuerza de seguridad de Hamás en la ciudad de Gaza, particularmente sobre la sede central del contingente policial del grupo islámico y el puerto de la ciudad. Los daños materiales, según testigos presenciales, son enormes.

Entre los fallecidos se encuentra precisamente el jefe de Policía, Tawfiq Haber, según informó el encargado del departamento de Al Fatah para América Latina, Mohamed Odeh, al tiempo que anticipaba un aumento del número de fallecidos. "Los cadáveres se están recontando a través de nuestras estimaciones sobre el número de residentes que habitaban los edificios destruidos", informó Odeh.

El ataque prosiguió con el lanzamiento de proyectiles por parte de tanques israelíes apostados en el este y el sur de la Franja de Gaza, cuyas comunicaciones se encuentran completamente cortadas. En otros puntos de la Franja, milicias palestinas lanzaron varios cohetes contra localidades del sur de Israel, que se cobraron la vida de al menos un civil israelí, según fuentes médicas israelíes.

Este ha sido el ataque más importante tras el fin de la tregua entre Hamás e Israel, anunciado la semana pasada. A lo largo de esta semana se difundieron varias informaciones procedentes de diversos medios israelíes que apuntaban a los preparativos para una "operación militar de alcance limitado" sobre Gaza, a través de ataques por aire y tierra.

En este sentido, la ministra de Exteriores de Israel, Tzipi Livni, prometió que las fuerzas israelíes actuarán para detener el lanzamiento de cohetes desde Gaza, justo después de que el Gobierno israelí aprobara la respuesta militar a estos ataques. Mientras, el presidente egipcio, Hosni Mubarak, mediador en el acuerdo de cese de hostilidades, le pidió que se comprometa a volver al alto el fuego con las facciones palestinas.

El Ejército israelí confirmó la cadena de bombardeos contra "los blancos de Hamás y sus infraestructuras en la Franja de Gaza", anunciando nuevas ofensivas. "Las Fuerzas Aéreas israelíes proseguirán sus operaciones contra el terror de acuerdo con el constante seguimiento de las mismas desde el Estado Mayor israelí", indicó el comunicado del Ejército. "Esta operación será continuada, expandida e intensificada tanto como se necesite".

El ataque, según el Ejército israelí, llega en respuesta a la "reanudación de la actividad terrorista de Hamás en la franja de Gaza, así como a la reanudación del lanzamiento de cohetes contra blancos civiles".

El Ejército señaló que el bombardeo se centró en "operativos terroristas de Hamás, localizados a través de la información reunida por los operativos de inteligencia durante los últimos meses, y que operaban desde los cuarteles de la organización, campos de entrenamiento y arsenales", según el mensaje recibido por Reuters. De igual modo, fuentes militares israelíes indican que esta campaña podría proseguir con una ronda de asesinatos selectivos sobre los líderes del grupo islamista, entre ellos el primer ministro de Hamás en Gaza, Ismail Haniyeh.

La respuesta de las milicias palestinas no se hizo esperar. Lanzaron varios cohetes contra diversas poblaciones del sur de Israel, causando la muerte a un residente israelí y heridas de carácter grave a otros dos, según informaron fuentes médicas. El Ejército israelí ya había declarado la alerta en las comunidades cercanas a la frontera con Gaza.