María del Carmen Barcala llevaba nueve meses trabajando en el restaurante San Martín 2 de Barro. Ayer tenía que incorporarse por la tarde, pero su hijo mayor ya informó a los compañeros de lo que había sucedido. Los diez empleados recordaban con silencio, caras de consternación y palabras de elogio a la quinta víctima mortal este año en Galicia de la violencia de género. "Era fuera de serie, siempre alegre y muy trabajadora", relata Benigno Cochón, el propietario de este establecimiento situado al lado de la ITV de Barro, en la carretera entre Pontevedra y Vilagarcía.

Esta mujer de 42 años se incorporó como cocinera a la plantilla antes del verano, cuando se mudó desde Rubiáns a la casa de Portas. El dueño indica que, pese a que "era muy extrovertida", "nunca comentó si tenía o no problemas con su marido". Cochón aseguró que la víctima salió "tarde" de trabajar, a eso de las tres de la madrugada, "debido a las cenas de empresa", un horario que "no era habitual durante el resto del año". Al parecer el marido le reprochaba en continuas ocasiones lo tarde que llegaba a casa.

Los compañeros no conocían al marido de María del Carmen, pero sí a sus hijos. "Los traía muchas veces con ella y paraban aquí a desayunar. Ahora el hijo mayor le tocará hacer de padre con sus cinco hermanos", apunta. El dueño del restaurante recordó como la fallecida había comentado que ese hijo se iba a casar en agosto. "Ella era la que llevaba el dinero a casa, siempre estaba alegre, es algo incomprensible", concluyen los trabajadores del restaurante.