La enfermedad de Pablo Vioque Izquierdo era terminal. El muñidor de las intrahistorias arousanas entre las décadas de los 70 y los 90 falleció el pasado sábado. Había sido excarcelado por motivos humanitarios hace un año para que pudiera morir con los suyos. El otrora poderoso secretario de la Cámara de Comercio de Vilagarcía, que se inició en la defensa de los contrabandistas y se convirtió en el único capo togado del narcotráfico gallego, culminó su carrera delictiva contratando un sicario para que asesinara al entonces fiscal antidroga de la Audiencia Nacional Javier Zaragoza. Estaba en prisión por una gran alijo de cocaína y contrató a un confidente de la Guardia Civil para que cometiera el crimen.

El influyente abogado llegó a dirigir los "hilos" de la Cámara de Comercio de Vilagarcía (donde ponía y quitaba presidentes a su antojo), desde donde desarrolló una gran influencia política tanto en la ciudad como en Galicia, llegando a ser uno de los fundadores de Alianza Popular. Se escindió con Barreiro, pero potenció distintos partidos y logró echar de la alcaldía vilagarciana al popular Rivera Mallo.

Los negocios le llevaron a impulsar el centro comercial Arousa de Vilagarcía, y también la Plaza Elíptica de Vigo, aunque en este último caso otros concluyeron el proyecto.

De 56 años, la vida de Pablo Vioque Izquierdo fue muy intensa hasta que ingresó en prisión, en 2003, momento en que pasó de ser abogado de causas de narcotraficantes con clientes como Oubiña, Miñanco o Falcón (con quien acabó enfrentado) a convertirse en un gran capo "salpicado" por el crimen de Benavente, en el que perdió la vida José Manuel Vilas Martínez, tesorero de la institución cameral, y la salvó de milagro su primo Luis Jueguen Vilas, vicepresidente de la entidad.

Aquellos tiros eran para Vioque. Un aviso por haberse quedado con droga de los colombianos a quienes aseguró que se había perdido todo el alijo que transportaba el pesquero Dobell, unos 2.00 kilos de cocaína, ya que gran parte del mismo apareció flotando en Cedeira (A_Coruña), como reconoció el tribunal de la sección segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. Parte de la droga que se quedó Vioque fue puesta a la venta en Valencia e incautada por la Policía en 1991.

Mientras tanto Vioque seguía poniendo y quitando presidentes al frente del organismo ferial vilagarciano, Fexdega. Hasta que se entregaron en la Audiencia Nacional Manuel Vázquez y Juan Carlos Sotelo Martínez -Los Piturros- y le delataron. Estaban cansados de huir y el narcoletrado no les había pagado lo acordado por el Dobell.

Poco antes Vioque había sido cesado por la Xunta al frente de la Cámara de Comercio de Vilagarcía. Aquel chico al que las mejores familias arousanas abrieron sus puertas en los años 70, culminó su carrera delictiva intentando contratar el asesinato del fiscal que le llevó a prisión. Carmen Avendaño, presidenta de honor de Érguete no quiso hacer valoraciones ayer: "Respeto la muerte. Ya valoré en vida las andanzas de este individuo, pero en este momento sería ofensivo".