Maximino Couto Durán, un vecino de Pontevedra de 60 años, mató ayer a golpes a su actual pareja sentimental, María del Rosario Peso André, de 57, en el domicilio que ambos compartían en Tourón (Ponte Caldelas). El hombre, que se encontraba disfrutando de un permiso penitenciario por un delito de violencia de género por maltratar a su ex compañera, confesó el crimen a la Policía Nacional tras acuchillar a un matrimonio en Mourente (Pontevedra) cuando iba en busca precisamente de su antigua pareja, de la que tenía una orden de alejamiento. También hirió a un agente que intentó reducirle.

Según fuentes de la Policía Nacional de Pontevedra, sobre las cinco de la tarde recibieron el aviso de que una persona había acuchillado a otras dos en Mourente. Couto Durán se había desplazado hasta allí supuestamente después de acabar con la vida de su actual pareja en Ponte Caldelas. Acudía al domicilio de su anterior mujer, probablemente también con la intención de agredirla, pero ésta salvó su vida al encontrarse en una matanza en Portas. No en vano, se encontraba preso en A Lama por un delito de violencia de género contra ella.

En lugar de su anterior pareja se habría encontrado con el matrimonio, quienes, al parecer, declararon en su contra en la vista en la que resultó condenado por maltrato. Y ambos recibieron las puñaladas. Cuando, los policías fueron a detenerle, se encaró con ellos y lanzó una puñalada con un cuchillo de grandes dimensiones contra uno de los agentes. Éste pudo esquivar el golpe que se dirigía al costado, pero el arma acabó por alcanzarle en el brazo produciéndole heridas graves. Ayer estaba pendiente de pasar por quirófano. Quienes ya estaban a última hora de ayer siendo intervenidos eran los otros dos agredidos, cuyo estado es grave.

Fue detenido y confesó a los agentes que horas antes había matado a su actual pareja en Ponte Caldelas. Les dio la dirección de la casa y se pusieron en marcha varias dotaciones de la Guardia Civil. Guiados por un vecino, forzaron la puerta de la casa y se encontraron con la víctima. Estaba tendida al lado de un charco de sangre y con la boca tapada. La hipótesis de la Benemérita es que el agresor agarró la ropa de la víctima por el pecho cuando estaba en el suelo y la golpeó violentamente en la cabeza. Esta mujer nunca lo había denunciado.