El grupo de la mafia italiana asentado en Vigo que fue desmantelado por el Grupo especial contra el Crimen Organizado (ECO) de la Guardia Civil tenían fuertes medidas de contravigilancia para evitar los seguimientos policiales. Unas precauciones que sin embargo no evitaron que la red fuese descubierta y finalmente desarticulada, ya que los investigadores realizaron numerosas intervenciones telefónicas e intensos seguimientos a las reuniones que los integrantes del grupo celebraron en Sevilla, Roma o Cerdeña y para lo que se contó con la colaboración de las Policías francesa e italiana.

La operación contra esta mafia asentada en Vigo, en la que supuestamente actuaban de forma conjunta la Camorra napolitana y la Cosa Nostra siciliana, se saldó con al menos 14 personas detenidas. Entre ellas se encontraba el presunto lugarteniente de Giovanni L.R., considerado "capo" de la red. Se trataba del pontevedrés Manuel M.F., cuya vinculación con un caso judicial en O Barco de Valdeorras en 2006, municipio ourensano a donde supuestamente acudió a cobrar una deuda, puso sobre la pista de la organización italiana a la Guardia Civil.

Así, en diciembre de 2007 los agentes comenzaron unas investigaciones que cogieron mayor impulso en marzo del año siguiente, cuando el Juzgado de Instrucción Número 4 de Vigo, que dirigió la operación, autorizó las intervenciones telefónicas e incoó las diligencias judiciales secretas. Cuatro meses después se producían las detenciones, que evidenciaron que la mafia italiana asentada en Vigo estaba muy jerarquizada: cada uno de los integrantes de la red tenía determinadas sus funciones y había desde supuestos testaferros a extorsionadores.

Las actividades ilícitas a las que supuestamente se dedicaba este grupo abarcaban desde el tráfico de drogas al de armas pasando por la explotación de mujeres para la prostitución y el blanqueo de capitales. Los investigadores sospechan que en un sólo año habrían blanqueado desde Vigo más de dos millones y medio de euros. Para esta actividad habrían utilizada empresas pantalla de mariscos y pescados que estaban asentadas en el puerto de Vigo pero que, presuntamente, carecían de actividad efectiva.

Por carretera

La red estaba asentada en Galicia, pero no actuaba con ninguna de las organizaciones de esta comunidad dedicadas al narcotráfico. Esta mafia italiana se abastecía de la droga (cocaína y heroína) y de las armas en su propio país. Desde Italia trasladaban el material generalmente por carretera y para ello utilizaban vehículos que ya estaban preparados para esta misión, ya que disponían de habitáculos especiales. El centro de actividades estaba en Vigo, desde donde se distribuían las sustancia estupefacientes y las armas al resto de la comunidad gallega y también al norte de Portugal.

Las fuertes medidas de contravigilancia que tenían -sobre todo los italianos que más peso tenían en la organización -no les valieron para esquivar a las fuerzas de seguridad, que a través de las intervenciones telefónicas pudieron seguir de cerca la actividad de esta banda. En la investigación incluso hay fotografías de algunas de las reuniones que se celebraron tanto en España como en Italia. Prueba de la minuciosidad de las investigaciones son los 18 tomos que conforman las diligencias previas incoadas por el juzgado.