La desaparición durante casi diez horas de una joven de dieciocho años y vecina de Salcedo, movilizó en la madrugada de ayer a varias dotaciones de la Policía Nacional y Local, ayudados por perros adiestrados en la búsqueda de personas. La alerta se produjo a las ocho de la mañana en el lugar de A Barcia, limítrofe entre Mourente y Marcón, ante la Ciudad Infantil Príncipe Felipe. Los vecinos encontraron a esa hora una chaqueta abandonada en plena carretera y en las inmediaciones un par de zapatos y un pantalón. En los bolsillos de la prenda había un teléfono portátil, en cuya agenda buscaron algún indicio para localizar a la propietaria del aparato. Decidieron llamar al número que en la agenda se identificaba como "Papá y mamá", con lo que se pusieron en contacto con los padres de la chica, de nombre Jessica.

En ese momento se alertó a la Policía, ya que la joven no había regresado a casa después de salir con su grupo de amigas la noche anterior. La madre de la joven explicó a los agentes que durante la noche, aproximadamente a las tres y media, la había telefoneado un amigo de la chica, al parecer bajo los efectos del alcohol, para decir que la muchacha estaba con él y que se encontraba bien. Desde ese momento empezó la preocupación de la familia, que se convirtió en desesperación cuando a primera hora de la mañana recibieron la llamada del vecino de Montecelo que encontró las ropas y el teléfono.

Durante la mañana se desplegaron varias dotaciones de la Policía Nacional y Local por las inmediaciones de la Ciudad Infantil Príncipe Felipe y por los montes de Mourente y Marcón.

También numerosos vecinos de la familia acudieron a la zona para colaborar en la búsqueda. Pasadas las 12.30 del mediodía, mientras la familia se encontraba en el lugar donde se localizó la ropa, la madre de Jessica recibió una llamada de su cuñado, que le comunicaba que la joven ya estaba en casa. Al parecer la chica decidió telefonear a este pariente al ver que en el domicilio familiar no había nadie cuando llegó.

En el primer interrogatorio que la Policía hizo a la joven, ésta ofreció respuestas incoherentes o se excusó en que "no recordaba nada". Pasadas las horas, la chica comenzó a dar una explicación de lo sucedido más coherente, si bien algunos momentos de las horas de desaparición no fueron clarificados por la joven, que sostiene que "no recuerda". Según su testimonio, la chica acompañó a su amigo al hospital de Montecelo a media noche, posiblemente cuando éste telefoneó a los padres de la joven, porque el chicho sufría una intoxicación etílica.

Tras dejar al chaval en el hospital, Jessica decidió irse a su casa y perdió la ropa por el camino, pero ese es el momento que asegura que no recuerda nada, ni sabe porqué se dejó atrás las prendas. Al seguir andando por la carretera, sin zapatos ni pantalones, dos chicos que pasaban en coche se ofrecieron a llevarla a casa pero la chica no quiso llegar a su domicilio sin ropa, por lo que insistió en parar en alguna tienda para comprar unos pantalones. Así lo hicieron, según la declaración de los jóvenes interrogados por la Policía