No sabemos qué pasó. El barco volcó en cuestión de minutos. Hacía cinco que habíamos empezado a recoger el aparejo. Subí a la cubierta del puente pero un golpe de mar me tiró. Me agarré a la barandilla y sólo pude alcanzar el SOS y recoger la documentación. El segundo golpe de mar me lanzó al agua. Salí a la superficie y después ya me vi en el bote salvavidas. Fue así, una casualidad", explica José Alberto Álvarez, patrón del pesquero guardés que naufragó el jueves a mil millas al este de Las Bermudas.

Mientras los servicios de Salvamento Marítimo rastrean la zona del naufragio en busca de cuatro tripulantes indonesios desaparecidos, éste joven de 27 años, vecino de A_Guarda, permanece a bordo del Navigate Stheath II, el mercante que le rescató junto a otros cinco compañeros en un bote salvavidas. Con él se encuentran los otros marineros gallegos: José Almuiña, el contramaestre, José Fernández González, natural de Mougás en la localidad pontevedresa de Oia, y el jefe de máquinas, el ribeirense Juan Pablo Muñiz Rei;_así como tres tripulantes indonesios. Navegan hacia Houston donde serán sometidos a una revisión médica y prestarán declaración. Llegarán hasta ese puerto dentro de unos quince días, después de colaborar en las labores de búsqueda.

El séptimo superviviente fue recogido por otro mercante, el SKS Mosel, que fue el primero en localizar el casco hundido del José Almuiña y rescató horas después al último tripulante flotando en el mar, agarrado a restos del palangrero siniestrado. El buque se dirige al puerto de Corpus Christie, en Texas

El Centro de Coordinación de la Guarda Costera de EEUU mantiene el rastreo en la zona del naufragio. Un avión Hércules con visión nocturna de la guardia aérea de Nueva York se ha sumado a las tareas de rescate, junto con tres aviones P-3 de las fuerzas canadienses. También se ha sumado a la búsqueda de los desaprecidos el bulk carrier panameño Red Lily, así como otros mercantes que están en las proximidades, si bien anoche no habían tenido éxito.

Las horas siguientes al naufragio pasaron ayer factura a los armadores del José Almuiña. José Benito Alonso reconocía que la inquietud no le abandona. La búsqueda de los cuatro indonesios desaparecidos se prolongará como mínimo durante 72 horas, como le informaron. "A esas aguas del Atlántico llevamos los barcos de nuestra flota palangrera de superficie, y se conocen bien, pero un accidente lo tiene cualquiera", comentó ayer. Recordó las palabras del patrón, José Alberto Álvarez, cuando habló un minuto con él y le dijo que "todo fue muy rápido, estamos muy bien, muy bien". Le comentó que al contramaestre, José Fernández, "le duele la garganta", por el frío, al haber caído al agua. Todos están entristecidos por desconocer la suerte de los cuatro compañeros indonesios. "Ni siquiera saben los rescatados si ellos pudieron utilizar la segunda balsa", comentó el armador.

En su domicilio de A Guarda, Ángeles Coballes, la madre del patrón, José Alberto Álvarez, describía su estado de ánimo, muy similar al del armador, sin poder descansar durante la noche por la angustia que le producía "pensar lo que pudo haberle pasado a mi hijo".

Las noticias que recibió de él le llegaron a través de José Benito Alonso, quien intentó tranquilizarla informándole de que la situación era la misma del día anterior. Le dijo que seguían en el barco y que estaban bien.