Es la segunda vez en menos de una semana que se produce un drama de este tipo en Francia, donde el pasado 15 de julio falleció un niño de dos años y medio tras haber pasado varias horas en condiciones similares, en el interior del vehículo familiar, víctima de un olvido paterno.

Fuentes judiciales indicaron que los padres de la niña, fallecida ayer en Chalon-sur-Saône (este) por deshidratación, según la autopsia realizada hoy, se encuentran "psicológicamente muy abatidos" y ambos tuvieron que ser hospitalizados, los dos en estado de shock.

A la espera de que concluya la investigación y de que el padre pueda ser interrogado, la fiscalía baraja la posibilidad de que hubiese sufrido "un gran momento de ausencia", autoconvencido de haber dejado a su hija en casa de su nodriza, tal y como había previsto.

El procesado, de 38 años, cuya identidad no ha sido facilitada, trabaja en la fábrica del gigante nuclear Areva en Chalon-sur-Saône.

Al parecer, sólo se dio cuenta de que su hija había pasado el día en el interior del vehículo cuando lo tomó por la tarde para ir a la guardería a buscar a su segundo hijo.

Cuando llegó con la niña al cuartel de bomberos de Saint-Marcel, poco antes de las seis de la tarde, estaba ya sin vida y fue imposible reanimarla.

Tampoco pudo hacerse nada el pasado día 15 para devolver a la vida al niño de dos años y medio víctima de hipertermia, insolación y deshidratación, tras haber sido olvidado durante unas tres horas en Pont-de-Chéruy (Isère), también en el este de Francia, en el vehículo de su padre, un farmacéutico de 38 años que tenía previsto dejarle con su familia.

Fuentes próximas al caso indicaron que esta vez el padre de la víctima acababa de ser testigo de un delito de fuga en un accidente de circulación poco antes de aparcar su coche, a una treintena de metros de su farmacia.