Diecisiete años y medio de cárcel y multa de 368.999.108 euros. Esta es la condena impuesta por la Audiencia Nacional al cambadés D. B. C. por un alijo de más de 3.000 kilos de cocaína, valorado en casi 100 millones de euros que debía descargarse cerca de Vigo. La droga fue incautada en el pesquero Atlantic Warden, abordado por los GEO a finales de mayo de 2005 en una operación desarrollada por la Unidad contra la Droga y el Crimen Organizado de la Policía Nacional con colaboración británica y lusa.

Considerado el traficante más importante de España en los últimos años, D. B. cayó en una operación encubierta en la que tanto el barco como la tripulación, excepto un hombre de su confianza, eran policías infiltrados de la Aduana de Reino Unido, a los que se sumó otro agente encubierto portugués. Una operación similar propició en 2001 la caída del también cambadés Sito Miñanco durante la denominada Operación Grumete.

D. B. recibe la pena más alta, como cabecilla de la organización desarticulada. La Audiencia Nacional le aplica, además, la agravante de reincidencia ya que preparó el transporte marítimo de la droga nada más salir en libertad provisional por otro caso de narcotráfico.

Con él han sido condenados el brooker británico T. Ki. O. (15 años), que se encargó de buscar el barco para el transporte y al que se le impone una multa igual a la de su jefe, y el arousano G. F. S. (13 años), que iba a bordo del pesquero como hombre de confianza para controlar la operación. En este caso la multa es de 184 millones de euros. El tribunal absuelve a P. D. A. y J. C. a quienes el fiscal imputaba la compra y traslado del teléfono vía satélite del barco.

Los principales testigos de cargo contra los dirigentes de la red en el juicio celebrado el pasado mes de enero en la Sección Tercera de lo Penal de la Audiencia Nacional, fueron precisamente los agentes encubiertos.

Así, el capitán -un policía británico- explicó que era D. B. quien tenía los contactos con los proveedores colombianos. Declaró que mientras su socio estuvo preso, O´Toole intentó organizar varios cargamentos de cocaína entre Sudamérica y Europa pero "no le fue fácil encontrar a alguien de confianza que le suministrase la droga".

Por eso, cuando el jefe de Os Caneos salió en libertad provisional, estructuró la organización, aportó los contactos con Ultramar y consiguió de los proveedores colombianos un barco nodriza que transportó la droga desde Sudamérica a las coordenadas que el propio D. B. facilitó al capitán del Atlantic Warden.

Los agentes infiltrados explicaron en el juicio que el barco nodriza tenía más de una veintena de tripulantes y mayor arqueo. "Era un pesquero de 25 a 30 metros de eslora que llevaba como inscripción Porta-Mar de Margarita, Venezuela. El transbordo de los 127 fardos de droga al Atlantic Warden lo hicieron en zódiacs", manifestaron.

El barco de los agentes encubiertos no iba a descargar la droga en un puerto español sino que una vez que llegase a un punto concreto, en aguas internacionales pero cercanas a la costa de Vigo, otros barcos o lanchas se harían cargo, en alta mar, de la mercancía. "Las coordenadas marítimas me las dio D. B. La droga la tenía que llevar a 30 millas al sur de Vigo. Allí saldría a recogernos una embarcación que nos llevaría hasta un punto en aguas internacionales, a 12 millas de la costa, donde se produciría la descarga de la droga", declaró en la vista oral uno de los agentes encubiertos. Un relato que la sentencia considera hecho probado.

La Sala descarta la existencia de un delito provocado como pretendieron las defensas "pues la organización, dirigida en España por D. B., tenía disponibilidad de barcos distintos al de los agentes encubiertos. Otra cosa es que las medidas de seguridad extremas utilizadas por la organización, ante el monto de la operación, determinasen la conveniencia de usar más de un barco, a fin de eludir los controles de Aduanas".

El fallo hecho público ayer añade que la organización de D. B. disponía de otro barco nodriza, el Doña Petra, que tenía previsto otro cargamento de droga. La red que acercaría la droga a tierra no fue detenida.