Jaime Giménez Arbe, "El solitario", negó ayer ser el autor del asesinato de los dos guardias civiles que fallecieron en Castejón (Navarra) el 9 de junio de 2004. El que fuera el atracador más buscado de España declaró en el inicio del juicio que se sigue por estos crímenes en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Navarra. "No soy un asesino y nunca he matado a nadie". Lo que sí añadió, cuando se le preguntó por los asaltos a bancos que se le atribuyen, es que se considera "un expropiador de bancos a mucha honra".

El juicio contra Giménez Arbe, para quien el fiscal pide 52 años de prisión al considerarlo responsable de los asesinatos de los dos guardias civiles, empezó en medio de una gran expectación. En la primera de las múltiples vistas a las que se tendrá que enfrentar -están pendientes todas las relacionadas con los atracos y una causa en Portugal- defendió su particular "cruzada" contra los bancos. El acusado se definió como un hombre "anarquista".

En un discurso surrealista, relató en el juicio que en los años 70 conoció a dos personas, que luchaban por la independencia de Córcega y que eran de su misma ideología "antisistema", que llevaban una "acción directa contra el capitalismo".

Ambos, comentó, le propusieron "pasar a la acción directa" y participó en un primer atraco, en el que tuvo un "papel secundario". A raíz de ahí cometió los demás asaltos. Atribuyó la muerte de los agentes a la falta de "prefesionalidad" de delincuente corso, que después le entregó el arma.

Un testigo protegido, mirando a través de una rejilla, identificó sin embargo en la sala con total seguridad a Giménez Arbe como la persona que conducía un todoterreno pequeño situado aquel día detrás del coche patrulla.

Los testigos oculares que declararon ayer en la primera sesión del juicio describieron ante el tribunal un todoterreno pequeño de color oscuro desde el que se realizaron los 21 disparos de subfusil que terminaron con la vida de los agentes Juan Antonio Palmero Benítez y José Antonio Vidal Fernández. Todos lo describen como verde o azul oscuro, aunque han mostrado sus dudas acerca del modelo concreto del Suzuki.

Uno de los testigos, que conducía en el momento del atentado detrás del todoterreno, declaró que vio durante tres o cuatro segundos, de medio lado y de espaldas, a la persona que conducía el automóvil, que por "la melena y los rasgos de la cara" identificó como Giménez Arbe.

Posteriormente, otro ha relatado que el 9 de junio de 2004 vio desde su coche, a una distancia de unos cinco metros, un Suzuki Samurai azul oscuro cuyo conductor cogió una ametralladora de grandes dimensiones y con cargador lateral del asiento derecho del coche, que sacó por la ventana, por lo que, alarmado, dio marcha atrás y se alejó del todoterreno. La vista oral proseguirá hoy con nuevos testigos.