Jacobo Losada Sánchez, el vecino de Porriño (aunque natural de Santiago) que fue condenado por la Audiencia Provincial a una pena de dos años y medio de cárcel por asfixiar a su novia, se encuentra ya en libertad desde el pasado 19 de junio, según confirmaron ayer fuentes judiciales.

Esta persona abandonó la cárcel un día después de que el jurado que juzgaba el caso diera a conocer su veredicto en el que consideraba que el acusado no tenía intención de acabar con la vida de su compañera sentimental, Carmen Karen Vargas Arispe, de 25 años, según consta en la propia sentencia emitida por la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial.

Dado que Jacobo Losada Sánchez se encontraba en prisión provisional desde el día en el que se produjeron los hechos, el 25 de febrero de 2006, el procesado ya había cumplido más de un tercio de su condena por lo que podría empezar a disfrutar de permisos carcelarios. Es más, la propia fiscal encargada del caso reconocía al finalizar el juicio que la decisión del jurado provocaba que la salida de prisión de esta persona fuera inminente.

El veredicto causó "sorpresa" entre la representante del Ministerio Público, que consideraba los hechos como un caso de homicidio y por el que solicitaba una pena de 10 años de prisión. Sin embargo, al considerar el jurado que el condenado no tenía la intención de matar a su pareja, la fiscal se vio obligada a formular una petición de condena de dos años y medio de prisión, la máxima posible por un homicidio imprudente y aplicando atenuantes como que el procesado se encontraba bajo el consumo de drogas y el de confesión, ya que fue él mismo quien avisó a la Guardia Civil y al 112 después de darse cuenta de que había acabado con la vida de su pareja sentimental. El pasado jueves, la Audiencia Provincial imponía esta condena de dos años y medio por un homicidio por imprudencia grave.

Asimismo, la fiscal reconocía que el recurso que planteará la Fiscalía contra la decisión del jurado no sería suficiente para prorrogar la situación de prisión provisional.

El fallo de la Audiencia de Pontevedra señala que, tras una discusión entre ambos, Carmen Karen anunció a su novio la intención de dejarlo y cogió las maletas de su habitación, algo que intentó impedir el procesado. La víctima cogió un cuchillo para defenderse y el arma salió despedida al tirarle su pareja una mochila. Luego ambos cayeron al suelo y ella se intentó defender con arañazos mientras el acusado le tapó la boca y la nariz "para que no le insultara y dejara de gritar", aunque finalmente acabó con su vida por asfixia.