Mientras que al padre del pequeño fallecido no se le detectó ninguna patología de interés, a la mujer se le diagnosticó un retraso mental leve. Según los peritos, esto no impide que pueda ser procesada, ya que consideran que sí comprendía lo que estaba pasando y que, aunque tenía las capacidades volitivas "ligeramente limitadas" sí podía reaccionar para haber salvado la vida del niño, como demostró cuando pidió ayuda a su familia en Navarra en una ocasión anterior o cuando acudió al Centro de Información a la Mujer de Ponteareas. Una psicóloga del CHUVI declaró, sin embargo, que este retraso mental le impedía sacar adelante a dos hijos sin ningún tipo de apoyo.