El imputado como presunto autor de la muerte de María del Carmen Casal, Juan Carlos L.E., de 41 años de edad, negó hoy las acusaciones de abusos sexuales y, aunque reconoció haber matado a la mujer en una pista forestal cercana a su casa de la parroquia de Candeán (Vigo), en septiembre de 2004, justificó su actuación por los problemas psiquiátricos derivados del consumo de alcohol.

En la vista oral que comenzó hoy en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra en Vigo, Juan Carlos L.E., que sólo respondió a las preguntas de su abogado defensor, explicó que el día de los hechos se cruzó con María del Carmen, que iba a trabajar, y que ésta no le respondió cuando él le dio los buenos días.

Según la versión del acusado, había ingerido momentos antes una cerveza y un café con coñac, lo que le hizo reaccionar de forma violenta, ante los insultos de la víctima que, tal y como afirmó, le llamó "borracho". En ese sentido, admitió que bebía "todos los días" porque no había logrado adaptarse tras su regreso de Suiza donde había estado emigrado y estaba "harto de España".

El imputado reconoció haber empujado a la mujer hasta una zona forestal escondida, donde le ordenó sacarse la ropa, según él "para castigarla y que volviese desnuda a su casa", aunque luego le permitió ponerse un mandilón. No obstante, Juan Carlos L.E. negó en todo momento haber abusado sexualmente de la mujer o haberla amenazado con un arma blanca, a pesar de que el cuerpo de María del Carmen presentaba varios cortes y pinchazos.

En su relato de los hechos, el acusado aseguró que lanzó una piedra al aire y que ésta golpeó de forma fortuita a la mujer, que cayó al suelo "y volvió a golpearse en la cabeza". Posteriormente, Juan Carlos L.E. reconoció haber tapado el cuerpo de la mujer con helechos, y haber cubierto su cabeza con una bolsa de plástico "para que se callara". A continuación, permaneció allí "llorando y comiendo un trozo de bocadillo durante casi media hora", antes de abandonar el lugar y, según él, la mujer "no estaba muerta, porque respiraba".

Antecedentes penales

A preguntas de su abogado, el acusado insistió en que no abusó sexualmente de la mujer, y negó haberse apoderado de una cadena, una medalla y una alianza de oro que supuestamente llevaba María del Carmen y que nunca aparecieron.

Juan Carlos L.E. confirmó que, durante sus años de estancia en Suiza pasó dos meses por la cárcel, por varios robos con fuerza de vehículos, a los que prendía fuego. Además, pasó casi tres años recluido en una clínica psiquiátrica siguiendo un tratamiento para superar sus trastornos de personalidad y sus problemas con el alcohol.

El acusado reclamó que se le someta a terapia "para dejar de beber para siempre" y, de hecho, la defensa reclamó la libre absolución de su cliente y su internamiento, durante siete años, en un hospital psiquiátrico. Asimismo, el letrado considera que Juan Carlos cometió un homicidio, con las eximentes de alteración psíquica e intoxicación alcohólica.

Sin embargo, la acusación particular solicita 45 años de prisión por los delitos de asesinato, robo con violencia, abusos sexuales y detención ilegal; y una orden de alejamiento de la familia de la víctima, además de indemnizaciones por valor de 460.000 euros. El fiscal pide 35 años de cárcel por los mismos delitos (excepto el de detención), e indemnizaciones por valor de 300.000 euros.

"Miedo"

Durante la vista que se inició hoy prestaron declaración, además del acusado, varios familiares de María del Carmen Casal y el que era su pareja, Basilio L.B., quien confirmó que, el día antes de su muerte, la mujer le había trasladado su inquietud por haber visto "a un señor que le miraba de arriba a abajo" cerca de su casa.

Según Basilio L.B., el acusado merodeaba desde hacía unos días por la zona de Candeán, y María del Carmen le había manifestado "que tenía miedo por la forma en la que ese señor le miraba", un miedo que también le había manifestado a su hermana.

En el juicio también declaró el hijo mayor de la víctima, que fue una de las personas que localizó el cadáver de María del Carmen, el mismo día que desapareció, semioculto por los helechos y casi desnudo. En su declaración confirmó que el lugar donde apareció su madre "no era un camino para pasear, era una zona de matorrales oculta".

Tras la sesión de hoy, la vista oral se reanudará mañana a las 10.00 horas, con la declaración de nuevos testigos y policías que participaron en la investigación del caso.