Los grupos de narcotraficantes que operan en la provincia han decidido diversificar las vías de introducción de la droga y también su modus operandi a tenor de los datos que refleja la memoria de la Fiscalía Antidroga de Pontevedra referentes al pasado año. El informe del fiscal especializado, Marcelo de Azcárraga, destaca "la especial preocupación que merece" el avance de dos modalidades de introducción de las sustancias estupefacientes: el cada vez mayor trasiego de drogas entre la frontera con Portugal y el incremento del tráfico a través de contenedores que llegan a los puertos de Vigo y Marín.

Señala el fiscal antidroga, en un informe realizado con la ayuda de la Udyco, que no se tiene la "seguridad de un control suficiente" sobre posibles envíos de narcóticos escondidos en contenedores, tanto de los que llegan a Vigo o a Marín, como de aquellos que viajan hacia Galicia procedentes de puertos portugueses. Estos déficits en los mecanismos de control quedan de manifiesto, según la Fiscalía, a través de los "recientes hallazgos de mercancía en las empresas de destino tras superar el control aduanero". El método es el "gancho ciego", en el que las redes esconden la droga en un contenedor con mercancía lícita. En estos casos, la persona de la organización encargada de recoger la droga falla y entonces se descubre el alijo al llegar el contenedor a su destino final.

La singularidad del entorno portuario y aeroportuario dificulta el trabajo policial, pero la Fiscalía reconoce avances como el del puerto de Vigo, en el que se está instalando un escáner para el control aduanero de este tipo de mercancías.

Portugal no es sólo una preocupación por el incremento del trasiego transfronterizo de droga en contenedores, sino por el "repunte" de los pasajeros aéreos que en sus cuerpos o equipajes transportan cocaína y por la llegada a Galicia de hachís desde el sur de España. Las vías de comunicación lusas, son, señala la Fiscalía, una de las rutas preferentes utilizadas por los narcos para introducir el hachís en coches propios con "caletas" (dispositivos de apertura electrónica camuflados) así como a través del uso de vehículos de alquiler.

De hecho, la memoria destaca que en 2007 se ha producido un incremento de la actividad investigadora en los partidos judiciales limítrofes con Portugal que "ha evidenciado el constante trasiego" con el país vecino. Resalta cómo "la ruta portuguesa" se ha convertido en una de las principales para el hachís no sólo por vía terrestre, sino también marítima. En cuanto a esta última destacan dos variantes según los "medios tecnológicos" de los que dispongan los narcotraficantes. Aquellos con más recursos optan por "el transporte directo desde el norte de África por medio de potentes embarcaciones a las que se le suministra combustible en puntos intermedios". Otros más "modestos" llevan la droga costeando Portugal con escalas.

Diversificación

Ante esta diversificación, ¿qué ha ocurrido con los grandes transportes marítimos de cocaína desde Sudamérica? Se señala que "es posible que se haya reducido esta ruta directa" en detrimento de la "ruta africana".

En este punto, las previsiones que manejaba Fiscalía no se están cumpliendo. Si bien pensaban que este nuevo modo de proceder "iba a restar protagonismo a los narcotransportistas gallegos, la realidad de los hechos pone de relieve como éstos siguen operando de la misma forma". El único cambio es que la recogida de droga ya no se realiza de los barcos de Sudamérica, sino de estos narcoalmacenes africanos.

En el papel que juegan los gallegos como narcotransportistas a comisión, no faltan tampoco las redes especializadas en el desembarco de cocaína en lugares recónditos de las rías usando grandes planeadoras. Un ejemplo es el grupo presuntamente liderado por David Pérez Lago y desarticulado el año pasado, con capacidad para realizar dos grandes descargas en apenas 20 días.