"La protección de estos niños es nuestra máxima prioridad. Hay un equipo haciéndoles pruebas, con neurólogos, enfermeras, psicólogos y logopedas", señaló uno de los médicos del hospital que atiende a las víctimas de Josef Fritzl.

Hans Lenze, el responsable municipal, indicó que se está estudiando cómo educar a esos menores , posiblemente con la ayuda de maestros particulares. De los tres hijos retenidos en el sótano, el mayor (de 18 años) escribe de forma rudimentaria y los dos pequeños no están en edad escolar. Uno de ellos mostró su emoción al subirse por primera vez en su vida a un coche como los que veía en televisión. Monika, la segunda de las hijas en libertad, ha dicho que quiere volver ya a la escuela.

Los otros tres hijos-nietos de Josef Fritzl, que a diferencia de sus hermanos vivían en la casa familiar, se encontraban ayer reunidos con el resto de la familia. "La que está peor es la madre (la esposa de Josef Fritzl)", dijo el funcionario y agregó: "Estuvo toda una vida con él, tuvieron 7 hijos y ahora se enfrenta a un hombre que ha cometido estos terribles crímenes"