El joven de nacionalidad angoleña Ricardo Jorge F.T., juzgado en Vigo por "maltrato continuado" a su hijo menor, admitió hoy haber pegado a su hijo el día en que fue detenido, si bien negó que asistieran agresiones de forma continuada, al tiempo que aseguró que él mismo, en su infancia, fue víctima de malos tratos por parte de su padre.

El Juzgado de lo Penal Número 3 de Vigo acogió hoy la vista oral por los citados hechos, por el que la Fiscalía pide ocho años y medio de prisión y también imputa a la compañera sentimental de Ricardo Jorge F.T., como coautora "por omisión", de todos los delitos, para quien solicita una pena de cinco años y tres meses de cárcel. Tras la sesión de hoy, el caso quedó visto para sentencia.

En su declaración, Ricardo Jorge F.T. reconoció haber agredido a su hijo, que tenía 9 años en ese momento, con un cucharón y "dos veces con un cable pequeño" el 23 de septiembre de 2007, día en el que fue detenido por la Policía Local, si bien precisó que "fue el único día" que le pegó y que, en los meses posteriores, lo pasó "mal" por haberlo hecho. "Cuando vi las fotografías quedé alucinado de tanto que me pasé al pegar", explicó.

Por otra parte, se refirió a las marcas de quemaduras que tenía el niño cuando fue encontrado por la Policía y las atribuyó a un accidente doméstico. Así, aseguró que, a pesar de que el niño no fue llevado al hospital porque "no tenía papeles", todos los días se le desinfectaban las manos.

En cuanto al delito de abandono de menores, el hombre aseguró que el pequeño recibía alimentación y precisó que se quedaba en casa sólo en alguna ocasión, sobre todo, a raíz de que "una vez robó en una tienda". Además, precisó que el niño estaba sin escolarizar porque su madre, que reside en Portugal, estaba pendiente de entregarle la documentación necesaria para hacer los trámites, dado que el niño había vivido con ella en el país vecino antes de residir con su padre en Vigo.

Compañera

Por su parte, la compañera sentimental de Ricardo Jorge F.T., Caterina P.S., que vivía con sus dos hijos en el domicilio de la calle Cantabria donde ocurrieron los hechos, aseguró que estaba en casa el día que ocurrieron las quemaduras, en agosto de 2007, así como el día de la agresión, aunque especificó que no había estado presente en los hechos.

Asimismo negó que el menor sufriera maltrato aunque precisó que su padre sí le había pegado alguna vez aunque "despacito", a modo de reprimenda. La mujer aseguró que era un niño "difícil" en el trato y que él mismo decía que "lo hacía para llamar la atención porque no quería estar con su padre". Finalmente, explicó que no denunció la falta de escolarización y de asistencia sanitaria del menor por "miedo a represalias", pero no por temer una agresión por parte de su pareja.

Testigos

En la sesión de hoy también declararon las dos vecinas que denunciaron los hechos del 23 de septiembre. Una de ellas aseguró que el niño solía salir por una de las ventanas, le relataba los malos tratos que recibía y le pedía de comer. Además, afirmó haber escuchado episodios violentos anteriores al que motivó la detención del padre.

En cuanto a los testimonios de los policías que acudieron hasta el domicilio, destacaron que encontraron al niño "amedrentado" y que éste les había dicho que "por qué" había ido, ya que "su padre le iba a matar". Asimismo, otra agente que es vecina de la zona, y que intervino de carácter privado, afirmó haber visitado al niño al hospital, donde éste le llegó a contar que "había sido violado por el compañero de su madre" cuando vivía en Portugal.

Peritos

En cuanto a las declaraciones periciales, los profesionales que realizaron el informe médico del niño, quien tras los hechos permaneció ingresado varios días en el Hospital Xeral, afirmaron que las marcas eran de "un único" episodio y que "deberían haber sido valoradas por un médico". Además, afirmaron no haber encontrado más marcas de lesiones que éstas y las producidas el 23 de septiembre, ni tampoco síntomas de desnutrición.

Por su parte, un psicólogo que se entrevistó con el menor en el hospital aseguró haber detectado una "desatención y maltrato histórico" en el menor desde la etapa en la que vivió en Portugal con su madre y el compañero de ésta aunque negó que lo ocurrido allí sirviera para que el menor hubiera "extrapolado" los hechos a Vigo.

Conclusiones

Tras las declaraciones de hoy, la Fiscalía decidió mantener sus acusaciones tanto para Ricardo F.T., quien permanece en prisión desde que ocurrieron los hechos, como para su compañera. Así, además de los ocho años y medio de cárcel para el primero y los cinco años y tres meses para la segunda, se pide una indemnización de más de 15.000 euros para el menor.

Por su parte, la defensa consideró que, tras las declaraciones de los acusados, testigos las pruebas periciales, no queda acreditada la comisión de los delitos que se imputan, por lo que pidió que se absuelva a Ricardo Jorge F.T. y a Caterina P.T.. Asimismo, consideró que el menor, en contra de lo dicho por el psicólogo, pudo haber "extrapolado" en su etapa en Vigo los episodios de "maltrato" y la "violación" que sufrió el Portugal.

Finalmente, pidió al juez que se tenga en cuenta que el acusado sufrió malos tratos en su infancia, puesto que el individuo "aplicó la pauta que se había aplicado sobre él" y "a veces se es fruto de la educación que se recibe".