El caso de una mujer que ha acusado a su padre de haberla encerrado en un sótano durante 24 años, abusar de ella sexualmente y tener siete hijos con ella en la localidad austríaca de Amstetten sacudió ayer a la opinión pública por ser uno de los más graves casos de abuso en la historia criminal de Austria.

Elisabeth F., de 42 años, acusó a su padre, Joseph Fritzl, un jubilado de 73, de haber abusado de ella desde que tenía 11 años y de haberla encerrado en 1984 en un sótano donde pasó los últimos 24 años en cautiverio. Joseph fue detenido ayer, aunque se negó a declarar. Los exámenes de ADN aclararán las relaciones de parentesco.

Y es que todo apunta a que la víctima tuvo siete hijos de su padre, de los cuales uno murió poco después de nacer. Los demás son tres varones y tres chicas que hoy tienen entre 5 y 20 años. Todos los niños nacieron en el sótano-cárcel: Kerstin, Stefan y Felix vivieron siempre allí, nunca fueron registrados, no fueron a la escuela y no tuvieron cuidados médicos. Ayer veían por primera vez la luz del día. Los otros tres -Lisa, Monika y Alexander- "aparecieron" tras nacer ante la casa de Joseph y su esposa, Rosemarie, quienes los adoptaron como niños abandonados. Rosemarie declaró que no tenía ni idea de lo que ocurría. Algunos vecinos dijeron que el detenido, pensionista, les había asegurado desconocer el paradero de su hija, que pensaba que se había ido con una secta.

Para las autoridades austríacas todo empezó cuando una joven de 19 años (Kerstin) fue internada el pasado día 19 en el Hospital de Amstetten, inconsciente y grave. La paciente fue trasladada allí por Josef y llevaba una carta escrita a mano, donde su madre, Elisabeth, pedía ayuda para su hija. El abuelo -sospechoso de ser el padre- de la enferma declaró que la joven había sido dejada ante su vivienda. Los médicos, como necesitaban conocer el pasado de la enfermedad para tratarla, pidieron ayuda a la población con un llamamiento a través de la prensa.

La policía inició pesquisas y descubrió que la madre de la paciente estaba desaparecida desde 1984, y que sus padres habían recibido una carta un mes después en la que la hija les pedía que no la buscasen. Pero los agentes encontraron a Josef y a Elisabeth cerca del hospital en Amstetten, ya que la madre quería saber cómo estaba su hija. Ambos fueron conducidos a una comisaría y ahí se descubrió esta terrible historia que ha conmocionado a Austria.

El sótano en el que la mujer y sus hijos vivieron en condiciones "infrahumanas" tiene varias habitaciones, estrechas y bajas, de 1,7 metros de altas como máximo. Tenía instalaciones sanitarios y una pequeña esquina para cocinar. No había televisión.