Los cuatro marineros gallegos que formaban parte de la tripulación del atunero hundido el pasado sábado a 196 millas de Abiyán, principal ciudad de Costa de Marfil, llegaron hoy al aeropuerto de Peinador en Vigo.

A las 11.30 horas aterrizó el avión procedente de París y que transportaba los cuatro pescadores gallegos, dos de Marín, uno de Baiona y otro de Ribeira. "No tengo palabras para expresarme", admitió en el aeropuerto a los medios de comunicación uno de ellos, Adolfo Oliveira, quien reconoció que lo pasaron "muy mal".

El buque atunero se incendió y posteriormente se hundió, por lo que durante doce horas la tripulación tuvo que esperar que alguien los avistase y los rescatara. Finalmente, fue posible gracias a la intervención de un mercante ruso.

Adolfo Oliveira aseguró que no temieron por su vida y destacó que "en todo momento" contaron con víveres. En todo caso, apuntó a este espera de doce horas como "lo peor" de la experiencia vivida, mientras que en contrapartida elogió el comportamiento de la empresa con ellos y sus familias como "lo mejor" del incidente.

De todas formas, relató que asumieron este siniestro "bastante relajados" y valoró que, finalmente, todo se resolviese "perfectamente". No obstante, no quiso entrar a analizar las causas de incendio, ya que admitió que no se encontraba en condiciones.

Por su parte, Juan Alonso, el portavoz de la empresa Jealsa, propietaria de la armadora, tampoco ahondó en las circunstancias del incendio y adelantó que será difícil conocer la causas, al hundirse el buque.

De todos formas, aclaró que para la empresa lo principal es que todos los tripulantes estén bien y, aunque lamentó que un miembro de la tripulación, un joven senegalés, esté herido por un golpe en una pierna, valoró que está en "perfectas condiciones hospitalizado".

Doce horas esperando

"Estamos muy satisfechos, dentro del disgusto", explicó a los medios de comunicación, sobre todo en cómo se resolvió el incidente, tras la "incertidumbre" que supuso conocer la desaparición del buque durante doce horas, hasta que finalmente fueron rescatados por el mercante ruso.

Además de cuatro gallegos, la tripulación española se elevaba a seis, a los que hay que sumar los 16 marineros de Costa de Marfil, cinco de Senegal y un cubano, que se encuentran sanos y salvos.