Sorpresa. Esta palabra resume a la perfección lo que sintieron los familiares de Elena Calzadilla tras conocer que el marido y un hermano de éste han sido detenidos por la Guardia Civil en relación con el crimen. La familia de la azafata viguesa, que fue asesinada hace ya más de dos años en su casa de veraneo de Porto do Son, mantenía una buena relación con el esposo de ésta, Ernesto Mouzo. Los dos hijos del matrimonio, uno de ellos menor, vivían con su padre en el domicilio familiar de la parroquia de Beade. Nunca sospecharon nada y ahora, al duro golpe que han supuesto estas detenciones, se une el desconocer en base a qué pruebas o indicios se produjeron debido al secreto de sumario impuesto por el juez de Noia que lleva la instrucción del caso. Lo único que trascendió desde el trágico 6 de diciembre de 2005 es que las investigaciones, tras descartarse totalmente el móvil del robo, parecían apuntar a que fue un crimen por encargo.

"La madre de Elena ha sido la primera sorprendida por esta detención", afirmaba ayer el portavoz y abogado de la familia Antonio Ocampo, quien recordó la "delicada" y "difícil" situación por la que están pasando dada la relación cordial que seguían teniendo con el marido de la azafata desde que ésta falleció.

La falta de información incrementa todavía más este duro trance. "La pregunta que nos hacemos es cuáles son las pruebas; las desconocemos", afirma el letrado, quien espera que pronto se levante el secreto sumarial para poder acceder al sumario y, de esta manera, saber en qué se basaron los arrestos de Ernesto Mouzo, de 40 años, y su hermano Marcos, de 32. De hecho, el jurista señaló que las únicas informaciones que tienen son las que salieron publicadas en los medios de comunicación.

En todo caso, los familiares de Elena Calzadilla apelan a la cautela, tal y como transmitió ayer su abogado. "Las detenciones no son nada definitivo; es el juez quien debe decidir ahora si hay pruebas o indicios suficientemente fuertes para relacionar a estas dos personas con el crimen", razonó.

Ninguno de los familiares directos de Elena Calzadilla fue informado de la detención de Ernesto Mouzo. Ni siquiera sus dos hijos, que estos días residen con otros familiares. El marido de la azafata -ella trabajaba en el aeropuerto vigués de Peinador- fue apresado el martes en la empresa de Porriño donde era jefe de producción. Ese mismo día por la noche su hijo mayor intentó ponerse en contacto con él por vía telefónica, pero no pudo hablar con su padre, ya que éste ya había realizado la única llamada a la que tiene derecho en condición de detenido.

Un día después del apresamiento de Ernesto se produjo el de su hermano Marcos, también en su puesto de trabajo, ubicado en la zona portuaria de Vigo. Ambos fueron trasladados a la comandancia de la Guardia Civil de A Coruña, donde fueron interrogados. Los agentes viajaron ayer a Noia, donde está el juzgado que lleva el caso, para ultimar las diligencias.