Esto no se borra, esto no se borra..." La madre de la niña que fue violada en Ourense cuando tenía 10 años y que dio a luz a una pequeña que cumplirá dos años en abril repite la palabra justicia una y otra vez. Y es que esto es lo que quiere que se le aplique al presunto agresor, Julián Andrés López, un colombiano de 30 años que declaró esta semana ante el juez que las relaciones con la menor, de la misma nacionalidad, fueron consentidas. Esta mujer espera que el juicio se celebre pronto. "Que pague y que no le den beneficios por conducta: al salir lo puede hacer con otra niña", advierte.

La compañera del supuesto violador era la canguro de la menor. "Él debe pagar por lo que hizo y ella por irresponsable porque la niña estaba a su cargo", insiste esta mujer, Laura, quien había depositado toda su confianza en esa cuidadora porque se la había recomendado una amiga. "Vivía con su pareja y con su madre y tenía dos niñas; como vi que era una familia la dejé con toda la confianza del mundo", recuerda.

Los hechos sucedieron hace un año y nueve meses y durante todo este tiempo la hija de Laura tuvo que recibir tratamiento psicológico, algo que, según la madre, le ha permitido a la pequeña superar en gran medida el trauma. "Duele más esto que la muerte de una madre y un padre", lamenta.

Cuerpo

Los hechos ocurrieron en la Semana Santa de 2005. "Mi niña quedó embarazada y dio a luz", relata, para matizar a continuación que "lo lleva bien" pero "que el cuerpo no le quedó bien a ella". "Me pregunta `¿la barriga me va a quedar así?´", añade conmocionada por la terrible experiencia que le ha tocado vivir a la pequeña a tan corta edad.

Ahora su hija tiene 12 años y una hija que para Laura no es una nieta. "Mi hija le dice ve para que mamá te dé el tetero, ve para que mamá te cambie, ella no... o sea, es una hermanita más para ella", confiesa.

Laura, que prefiere mantener su rostro en el anonimato, vuelve a pedir justicia para el futuro juicio, cuya fecha de celebración todavía no ha trascendido. Además, solicita que la madre de la compañera del acusado deje de perseguirla. "Cuando me ve en el coche me tira; quiere que yo desaparezca de Ourense; ¿por qué no se pone ella la mano en el corazón? porque eso le puede haber pasado a su nieta, si no le pasó ya algo a la mayor?", concluye.

En la entrevista aclara que su hija no tenía 11 años, sino 10, cuando ocurrió la violación, en referencia a lo que testificó el supuesto violador el pasado miércoles ante el juez que lleva este terrible caso.